¿Qué hacer con la erosión de Salamina?
El Observatorio del Río Magdalena, de la Universidad del Norte, hace un análisis de la situación en la ribera del río Magdalena.
El sector entre la vía que conecta Salamina y El Piñón es uno de los puntos más vulnerables en el río Magdalena debido a la erosión de margen derecha y que afecta la vía-dique, y al riesgo de inundación asociado a posibles niveles máximos del río en los próximos meses.
En ese contexto, el río Magdalena requiere de atención pronta, efectiva y coordinada por parte de las autoridades nacionales y locales para mitigar los efectos de la erosión y reducir el riesgo de inundación, así como tomar acciones de planificación y ordenamiento de su ribera.
Estamos llamados a un cambio de paradigma sobre el manejo de los ríos en el país, con un fuerte fundamento científico y práctico coherente con la nueva realidad climática y el contexto de la infraestructura sostenible técnica, económica, social, financiera y ambiental.
ENTENDER PRIMERO PARA ACTUAR DESPUÉS.
Para identificar las causas de la erosión en Salamina es necesario analizar las condiciones hidromorfológicas del río en un contexto regional y local.
En ese sector el Río presenta una serie de curvaturas del orden de 3200 m de radio. Una de ellas se está consolidando fuertemente sobre el brazo derecho de la isla Tamarindo, frente al sector erosionado (infografía 1), lo cual es evidente debido a que el 80% del caudal del Río está pasando por el brazo derecho y es coherente con la tendencia hidráulica sinuosa dentro de este sector ramificado. Esta concentración ha generado altas velocidades sobre el brazo derecho, que a su vez han causado una alta profundización del lecho.
Las modelaciones realizadas por el Observatorio del Río Magdalena revelan que el patrón de corrientes muestra una concentración del flujo dirigida directamente sobre el punto erosionado en la orilla derecha, con velocidades de hasta 2.0 m/s, generando profundidades de hasta 28 m según medidas entregadas por Cormagdalena, las cuales son 3 veces mayores a la profundidad del canal de acceso.
Estas grandes profundidades han desestabilizado la orilla, causando una falla geotécnica del talud y el desplazamiento de la orilla del río más hacia su margen derecha (infografía 2).
Este proceso es totalmente natural, y no debería tomarnos por sorpresa, dado que ocurre frecuentemente a lo largo del río. Entonces, el riesgo es principalmente atribuible a la ubicación y el trazado actual de la víadique y no al río.
Los ojos sobre la solución Ahora bien, en materia de soluciones es necesario reconocer técnicamente que la orilla erosionada y el tramo de vía-dique afectado ya no son recuperables, y que la prioridad será mitigar el riesgo de inundación, además de frenar el progreso excesivo de erosión. La vía-dique está ubicada en un sector de alta vulnerabilidad, especialmente debido a que éste cumple también con funciones de protección de inundación. Desde el Observatorio del Río Magdalena de Uninorte proponemos que la principal acción para mitigar el riesgo de inundación es relocalizar el tramo de vía-dique vulnerable a partir de la estimación de la erosión máxima probable, así como también medidas complementarias de mitigación y protección. Sin embargo, en cualquier caso, es indispensable evitar cambios hidromorfológico antinaturales que generen acciones inefectivas u otros problemas posteriores en el río.
Todas estas acciones, deben contar con la coordinación efectiva entre la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, el Invías, Cormagdalena, la Gobernación del Magdalena, las alcaldías y toda la comunidad. En ese sentido, la Universidad del Norte ha venido analizando las condiciones hidromorfológicas del río Magdalena, de navegabilidad y eventos extremos, entre otras líneas técnicas y de investigación.
En el año 2020 junto con Cormagdalena se lograron avances significativos en la visión y acción sobre el río Magdalena, identificando y trabajando en brechas científicas y técnicas importantes que deben atenderse en el río.
En general, el problema no es el Río, cuyos procesos de erosión y sedimentación son naturales y frecuentes a todo lo largo. El problema es la infraestructura que está localizada en zonas vulnerables a procesos morfológicos. Esto debe llevar al Gobierno nacional a repensar las políticas de ordenamiento y aprovechamiento de las riberas de los ríos en el país hacia un enfoque de infraestructura sostenible en todo su contexto técnico, ambiental, social, económico y financiero.