Pónganse de acuerdo
Cada día que pasa es uno menos para las presidenciales del 2022. En medio de la polarización a la que nos terminó de conducir lo errático y poco rescatable de lo que va del “mandato” entre comillas de Duque, preocupado primero por no contradecir a su mentor antes que por entender de una vez que se le debe a todos los ciudadanos y no solo a sus partidarios; ya empiezan a perfilarse nombres, algunos obvios y otros no tanto, para llenar el tarjetón de opciones.
Por el lado del continuismo el primero que figura es el aún ministro Carlos Holmes Trujillo. Tanto su devoción al patrón como sus formas y discurso beligerante funcionan para las bases de su electorado. Las particulares maneras con que el Senado l o protegió en l a malograda moción de censura seguramente lo envalentonan en el corto plazo, pero puede que le jueguen en contra en el mediano. Al nombre del ministro se suma el de Alejandro Char, silencioso por estos días luego de las notas de prensa que retoman preguntas abiertas sobre actuaciones propias y las de sus allegados en asuntos relacionados con su cargo como alcalde. El silencio como estrategia puede que haya funcionado antes, pero estos son otros tiempos y la huella digital no desaparece tan fácil como sus áulicos quisieran. A estos nombres se suman otros como l os de l a senadora Paloma Valencia, y ya veremos quiénes más se agregan en el camino. Claro es que todos al final se plegarán a la unción que haga el jefe, con quien saldrán en la foto jurando respaldo eterno al quien se les ordene. Obediencia debida, que le dicen.
Y por el otro lado, lo que empezamos a ver es un nuevo capítulo de la hoguera de las vanidades en las que se han vuelto cenizas todas las intenciones del centro y la izquierda por convertirse en opción real. Petro, Fajardo, Marulanda y Robledo parecen flotar en el pedestal de sus egos sin darse cuenta de que la intransigencia propia y la de sus copartidarios se constituyen en los mejores jefes de debate del uribismo. El mismo error histórico repetidas veces contado ya pinta para aparecer de nuevo si, como debiera ser, no anteponen el interés general a su propia gloria. Si no se ponen de acuerdo en lo esencial, si no llegan unidos alrededor de un programa coherente, incluyente, sostenible, socialmente relevante y conciliador antes que revanchista; vamos a ser testigos de la misma historia.
Y no salgan con que después de la primera vuelta se ponen de acuerdo. Ya se vio lo que pasó hace dos años, y todavía es la hora que se sacan en cara lo del voto en blanco, porque en esta democracia enferma criticamos hasta ese derecho. A lo que se debe apelar, y de manera urgente, es a que en un acto de grandeza y a la vez de humildad, las voces más importantes de la oposición y partidos alternativos se pongan de acuerdo antes de que sea demasiado tarde.
Pd: Apoyo irrestricto a la colega Diana Díaz. Su caso evidencia la falta de garantías que enfrentan los valientes que denuncian antes que acatar las irregularidades del poder.