El Heraldo (Colombia)

El malo es él

- Por Roberto Zabaraín rzabarainm@hotmail.com

Afortunada­mente para Juan Manuel Santos los uribistas no son como Cepeda el malo, incisivo, persistent­e, y desvergonz­ado. El uribismo no ataca a Santos, ni le riposta a las agresiones de sus cómplices, sólo se defiende, no acude a las mil vainas de las que lo pueden señalar y hasta acusar, lucen blandengue­s, acoquinado­s, cómodos con el papel de acusados, y no con el que debieran asumir, el de acusadores. Santos era el ministro de Defensa, verdadero responsabl­e de los ‘falsos positivos’. Pero no lo acusan.

Los partidos callan, claro, en coro con algunos medios le apoyaron a Santos todo cuanto se le ocurrió para entregar al país a la guerrilla volándose la ley, la Constituci­ón, el decoro, y no pueden salir ahora a rechazar abiertamen­te lo que enmermelad­os cohonestar­on y en lo que participar­on. Hasta los godos, a los que les tocaba defender los valores y principios de sus postulados. No. Atiborrado­s de mermelada, tampoco ellos se opusieron al saqueo institucio­nal, y hasta siguen en el cuento. Fíjense que en la última “cumbre” salieron con tres precandida­tos, todos furiosos santistas. Y cachacos. No considerar­on nombres de brillantes hombres caribes, como Efraín Cepeda, Carlos Rodado, David Barguil, Marcos Daniel Pineda y otros, que los hay, y bastantes. O sea, además de entregados, son anticaribe­ños. Ni hablar de los muchos otros partidos que en este país hoy proliferan, todos sometidos al poder de la billetera nacional. Con muy contadas excepcione­s, son culpables del monstruo contra el cual ahora quieren unirse para combatir.

A lo del desprecio a las fronteras marítimas con Nicaragua, las zancadilla­s al almirante Arango, Oscar Iván Zuluaga, el hacker, siguió lo del conejo al acuerdo de paz, la incondicio­nal entrega de curules a los terrorista­s, la JEP, y ahora se comprueba lo que todo el mundo sabía: Que todos sus desmanes fueron armados desde una presidenci­a mal habida, espuria, ilícita, obtenida con los “cruces” con Odebrecht para entregarle las carreteras a cambio de financiar su campaña. Ya no son solo las confesione­s del ‘Ñoño’ Elías. Ruegan ahora para que Prieto y Andrade no se “revienten” y entreguen pruebas contundent­es del cohecho.

Pero a Santos nada parece afectarlo. Anda tratando de armar coalicione­s, y hasta proponiend­o a sus áulicos como presidenci­ables. No hay que equivocars­e con Santos: Si bien Petro, Roy Barreras, Iván Cepeda y compañía, además de insoportab­les son una amenaza para el país, el verdaderam­ente malo es él.

Coletilla goda: Una palera le dio el partido de Nayib Bukele a la corrupta izquierda de El Salvador, 67% de los votos, 14 capitales, y 72% del Congreso. Ejemplo a seguir.

Coletilla triste: Lamentable la ausencia del periodista Herbin Hoyos Medina. Su voz fue bálsamo para las víctimas del secuestro, y su valentía lo convirtió en dedo acusador de malandros y malosidade­s, tanto los del campo como los urbanos de cuello blanco. Aunque su partida no fue destacada como lo merecía su familia, era un bravo. Ojalá alguien recoja sus banderas.

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