El malo es él
Afortunadamente para Juan Manuel Santos los uribistas no son como Cepeda el malo, incisivo, persistente, y desvergonzado. El uribismo no ataca a Santos, ni le riposta a las agresiones de sus cómplices, sólo se defiende, no acude a las mil vainas de las que lo pueden señalar y hasta acusar, lucen blandengues, acoquinados, cómodos con el papel de acusados, y no con el que debieran asumir, el de acusadores. Santos era el ministro de Defensa, verdadero responsable de los ‘falsos positivos’. Pero no lo acusan.
Los partidos callan, claro, en coro con algunos medios le apoyaron a Santos todo cuanto se le ocurrió para entregar al país a la guerrilla volándose la ley, la Constitución, el decoro, y no pueden salir ahora a rechazar abiertamente lo que enmermelados cohonestaron y en lo que participaron. Hasta los godos, a los que les tocaba defender los valores y principios de sus postulados. No. Atiborrados de mermelada, tampoco ellos se opusieron al saqueo institucional, y hasta siguen en el cuento. Fíjense que en la última “cumbre” salieron con tres precandidatos, todos furiosos santistas. Y cachacos. No consideraron nombres de brillantes hombres caribes, como Efraín Cepeda, Carlos Rodado, David Barguil, Marcos Daniel Pineda y otros, que los hay, y bastantes. O sea, además de entregados, son anticaribeños. Ni hablar de los muchos otros partidos que en este país hoy proliferan, todos sometidos al poder de la billetera nacional. Con muy contadas excepciones, son culpables del monstruo contra el cual ahora quieren unirse para combatir.
A lo del desprecio a las fronteras marítimas con Nicaragua, las zancadillas al almirante Arango, Oscar Iván Zuluaga, el hacker, siguió lo del conejo al acuerdo de paz, la incondicional entrega de curules a los terroristas, la JEP, y ahora se comprueba lo que todo el mundo sabía: Que todos sus desmanes fueron armados desde una presidencia mal habida, espuria, ilícita, obtenida con los “cruces” con Odebrecht para entregarle las carreteras a cambio de financiar su campaña. Ya no son solo las confesiones del ‘Ñoño’ Elías. Ruegan ahora para que Prieto y Andrade no se “revienten” y entreguen pruebas contundentes del cohecho.
Pero a Santos nada parece afectarlo. Anda tratando de armar coaliciones, y hasta proponiendo a sus áulicos como presidenciables. No hay que equivocarse con Santos: Si bien Petro, Roy Barreras, Iván Cepeda y compañía, además de insoportables son una amenaza para el país, el verdaderamente malo es él.
Coletilla goda: Una palera le dio el partido de Nayib Bukele a la corrupta izquierda de El Salvador, 67% de los votos, 14 capitales, y 72% del Congreso. Ejemplo a seguir.
Coletilla triste: Lamentable la ausencia del periodista Herbin Hoyos Medina. Su voz fue bálsamo para las víctimas del secuestro, y su valentía lo convirtió en dedo acusador de malandros y malosidades, tanto los del campo como los urbanos de cuello blanco. Aunque su partida no fue destacada como lo merecía su familia, era un bravo. Ojalá alguien recoja sus banderas.