CORONAVIRUS: ¿ALERTA ROJA NACIONAL?
El tercer pico de la pandemia resultó mucho más devastador que los dos anteriores ¿Qué pasó? ¿Relajamiento social o ineficacia del Gobierno?
Un año después de haber sido confinados por cuenta de la pandemia del coronavirus, buena parte de los colombianos estamos viviendo una vez más la misma pesadilla. Es como si el tiempo se hubiera detenido y nadie hubiese aprendido la lección. Ni gobernantes, ni gobernados. Un año después, la única solución que siguen encontrando presidente, alcaldes y gobernadores es encerrarnos de nuevo para ver si logran aplacar la furia del coronavirus, que volvió a desatarse con el llamado tercer pico. Como ocurre con los malos estudiantes, nos tocó repetir el año.
Las principales ciudades del país están viviendo una emergencia sanitaria que ni siquiera se presentó cuando el coronavirus empezó con fuerza en marzo del año pasado. En ese momento las drásticas medidas de restricción de movilidad permitieron “aplanar la curva” y la situación pudo ser controlada. Hoy el asunto parece mucho más delicado, porque la ocupación de las UCI en clínicas y hospitales del país tiene a punto de colapsar la red hospitalaria nacional. Cada día mueren en Colombia unas 200 personas por coronavirus, mientras que la cifra de contagios es del orden de 11.000 nuevos contagiados por día. El total de personas fallecidas supera las 65.000.
En Barranquilla la grave situación llevó a la Administración Distrital a declarar la alerta roja sanitaria, así como a decretar el toque de queda y la ley seca durante el fin de semana. De igual manera el alcalde Jaime Pumarejo anunció que mantendrá las medidas restrictivas para la movilidad, como el pico y cédula, hasta el 19 de abril. La ocupación de las UCI en clínicas y hospitales de la ciudad supera el 80 por ciento y la positividad está por encima del 30 por ciento (de 100 personas que se practican la prueba para detectar el coronavirus 30 resultan positivas). Se trata de una situación muy delicada que debe ser atendida con prontitud y con medidas extremas. El Departamento vive una situación parecida, con una ocupación de UCI del 90 por ciento.
Pero Barranquilla no es la única ciudad que atraviesa el peor momento desde que empezó la pandemia el año pasado. Medellín y Cali también se vieron obligadas a declarar el confinamiento de la población, así como adoptar medidas extremas como la ley seca y el toque de queda. La ocupación de UCI en ambas ciudades también está por encima del 80 por ciento.
Bogotá también debió restringir la movilidad de las personas ante el crecimiento del número de contagios, así como de ocupación de las UCI.
El Gobierno Nacional, con el Ministerio de la Salud a la cabeza, trata de sacar adelante el Plan Nacional de Vacunación, pero con resultados demasiado modestos dada la gravedad de la situación. A la lentitud en la ejecución del plan, ahora se suma la escasez de vacunas, que en algunos casos ha llevado a aplazar la aplicación de la segunda dosis en mayores de 70 años. Departamentos como Atlántico y Meta piden al Gobierno Nacional el suministro de nuevas dosis para poder cumplir con la ejecución del Plan Nacional de Vacunación.
El presidente Iván Duque anunció que para finales de abril deberían estar vacunados unos 3.000.000 de colombianos. Ese cálculo presidencial, sin embargo, hoy, con cifras en la mano, parece demasiado optimista.
El panorama es, pues, tan preocupante como desolador, porque cada día que pasa sin contener el virus se traduce en más clínicas ocupadas, más pérdidas humanas y más quiebras económicas. ¿Qué pasó? ¿Nos relajamos autoridades y ciudadanos? ¿En qué falló el Gobierno Nacional?