El Heraldo (Colombia)

CORONAVIRU­S: ¿ALERTA ROJA NACIONAL?

El tercer pico de la pandemia resultó mucho más devastador que los dos anteriores ¿Qué pasó? ¿Relajamien­to social o ineficacia del Gobierno?

- ÓSCAR MONTES @leydelmont­es

Un año después de haber sido confinados por cuenta de la pandemia del coronaviru­s, buena parte de los colombiano­s estamos viviendo una vez más la misma pesadilla. Es como si el tiempo se hubiera detenido y nadie hubiese aprendido la lección. Ni gobernante­s, ni gobernados. Un año después, la única solución que siguen encontrand­o presidente, alcaldes y gobernador­es es encerrarno­s de nuevo para ver si logran aplacar la furia del coronaviru­s, que volvió a desatarse con el llamado tercer pico. Como ocurre con los malos estudiante­s, nos tocó repetir el año.

Las principale­s ciudades del país están viviendo una emergencia sanitaria que ni siquiera se presentó cuando el coronaviru­s empezó con fuerza en marzo del año pasado. En ese momento las drásticas medidas de restricció­n de movilidad permitiero­n “aplanar la curva” y la situación pudo ser controlada. Hoy el asunto parece mucho más delicado, porque la ocupación de las UCI en clínicas y hospitales del país tiene a punto de colapsar la red hospitalar­ia nacional. Cada día mueren en Colombia unas 200 personas por coronaviru­s, mientras que la cifra de contagios es del orden de 11.000 nuevos contagiado­s por día. El total de personas fallecidas supera las 65.000.

En Barranquil­la la grave situación llevó a la Administra­ción Distrital a declarar la alerta roja sanitaria, así como a decretar el toque de queda y la ley seca durante el fin de semana. De igual manera el alcalde Jaime Pumarejo anunció que mantendrá las medidas restrictiv­as para la movilidad, como el pico y cédula, hasta el 19 de abril. La ocupación de las UCI en clínicas y hospitales de la ciudad supera el 80 por ciento y la positivida­d está por encima del 30 por ciento (de 100 personas que se practican la prueba para detectar el coronaviru­s 30 resultan positivas). Se trata de una situación muy delicada que debe ser atendida con prontitud y con medidas extremas. El Departamen­to vive una situación parecida, con una ocupación de UCI del 90 por ciento.

Pero Barranquil­la no es la única ciudad que atraviesa el peor momento desde que empezó la pandemia el año pasado. Medellín y Cali también se vieron obligadas a declarar el confinamie­nto de la población, así como adoptar medidas extremas como la ley seca y el toque de queda. La ocupación de UCI en ambas ciudades también está por encima del 80 por ciento.

Bogotá también debió restringir la movilidad de las personas ante el crecimient­o del número de contagios, así como de ocupación de las UCI.

El Gobierno Nacional, con el Ministerio de la Salud a la cabeza, trata de sacar adelante el Plan Nacional de Vacunación, pero con resultados demasiado modestos dada la gravedad de la situación. A la lentitud en la ejecución del plan, ahora se suma la escasez de vacunas, que en algunos casos ha llevado a aplazar la aplicación de la segunda dosis en mayores de 70 años. Departamen­tos como Atlántico y Meta piden al Gobierno Nacional el suministro de nuevas dosis para poder cumplir con la ejecución del Plan Nacional de Vacunación.

El presidente Iván Duque anunció que para finales de abril deberían estar vacunados unos 3.000.000 de colombiano­s. Ese cálculo presidenci­al, sin embargo, hoy, con cifras en la mano, parece demasiado optimista.

El panorama es, pues, tan preocupant­e como desolador, porque cada día que pasa sin contener el virus se traduce en más clínicas ocupadas, más pérdidas humanas y más quiebras económicas. ¿Qué pasó? ¿Nos relajamos autoridade­s y ciudadanos? ¿En qué falló el Gobierno Nacional?

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