Erika y su emprendimiento en medio de la crisis
La falta de un empleo fue la principal motivación de Erika Patricia Bermúdez para convertir la sala de su vivienda, ubicada en el barrio Cachimbero –en el municipio de Soledad– en una pequeña tienda.
Para abrir su negocio, la mujer tuvo que recurrir a un préstamo informal. Con esos recursos pudo comprar dulces, mecatos y otros productos que comercializa entre sus vecinos en este populoso sector del municipio de Soledad.
“Este negocio se ha convertido en mi única entrada, porque mis hijos y yo estamos desempleados. Yo comencé con un préstamo, a veces cojo un pagadiario de $100 mil o $150 mil para poder surtirlo”, asegura.
En su casa, los gastos son solventados con las pocas ganancias que puede tener con este negocio. Sin embargo, es consciente de que otras familias de la zona sufren duros momentos y por eso les ha tendido la mano.
“Les he fiado a muchos de mis vecinos, porque también están pasando necesidades. En esta zona, el 10% tiene un empleo fijo, el 90% restante vive del día a día”, asegura.
Dice que la pandemia ha sido un duro golpe no solo para la salud. Para ella, esta situación también se ha traducido en afectaciones económicas y emocionales, de las que poco a poco espera recuperarse.
“Hemos tenido que reducir las comidas diarias, porque no siempre hay para los tres platos”, sostiene la mujer con ahínco.
Por eso hace un llamado a las autoridades locales para que se brinden ayudas a las familias más necesitadas y así poder solventar la crisis que se vive a causa del virus.