Expertos hablan sobre el fenómeno que se vive en el área metropolitana
El aumento de la pobreza monetaria deja “graves efectos” en la población. Uno de ellos –según Alejandro Blanco, doctor en Ciencia Política– es la crisis en lo referente a la seguridad alimentaria.
“Es un golpe a la calidad de los barranquilleros. Es preciso recordar que según la encuesta referenciada, sólo el 38% de los hogares barranquilleros acceden a 3 comidas diarias. Esta grave cifra requiere de una reconfiguración de la política pública en materia de seguridad alimentaria”, expuso el docente de la Universidad del Atlántico.
Blanco fue enfático al sostener que “el crecimiento de la informalidad laboral es directamente proporcional al aumento de la pobreza monetaria”.
Sandra Rodríguez, integrante del Instituto de Estudios Económicos del Caribe (IEEC), sostuvo que si bien la crisis de la covid-19 podría considerarse como un fenómeno que de forma transversal ha afectado las diferentes ciudades colombianas, las cifras muestran que el impacto no es el mismo.
“La fragilidad de la informalidad en Barranquilla se ha visto exacerbada por el cierre de actividades económicas, las cuarentenas y restricciones a la movilidad que han hecho que los ocupados informales estén en capacidad de generar menores ingresos, lo cual al final se traduce en impacto creciente en la pobreza monetaria y la pobreza monetaria extrema”, explicó la también docente del docente de Economía de la Universidad del Norte. Puso de presente que “las implicaciones sociales de la pobreza impactan la vida de las personas no solo en sus condiciones materiales de vida sino también en su perspectiva sobre sus opciones a futuro, su salud mental, y la posibilidad de ascenso social de sus integrantes”.
Para el médico y gestor social Álvaro Portilla, la pandemia ha generado afectaciones tanto en la actividad económica nacional y mundial que han repercutido en la calidad de vida de la población en general. Indicó que el hambre y la falta de acceso a alimentos están “estrechamente” relacionados con la pobreza, lo que se traduce en insuficiencia para satisfacer las necesidades energéticas.
“Esto hace que su equilibrio de vida sea muy precario e inestable y los deja a merced de cualquier crisis sea del tipo que sea”, puntualizó.