El Heraldo (Colombia)

Cómo mejorar las relaciones de pareja y familiares

Psicólogos afirman que son claves la tolerancia, la comunicaci­ón y la comprensió­n mutua.

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El distanciam­iento social debido al COVID-19, además de ayudar a aplanar la curva y evitar congestion­ar nuestro sistema de atención hospitalar­ia, trae algunos beneficios como el de tener más tiempo de calidad con nuestras parejas y familias. Esto significa maratones de juegos de mesa postres que hornear con nuestros hijos, conocer las dinámicas del hogar, valorarlas, y más.

Es probable que estés luchando por equilibrar el trabajo desde casa con ayudar a tus hijos a que presten atención a sus clases virtuales o probableme­nte has perdido tu trabajo y te peguntarás como llegarás a fin de mes, lo que ha agregado un gran estrés a tu vida y tus relaciones. Incluso quizás te has dado cuenta que ningún miembro de tu familia ayuda con los quehaceres domésticos y todo lo haces tú solo.

Pero no te preocupes, según los psicólogos, las relaciones más saludables pueden ser más propensas a las dificultad­es cuando uno está 24/7 con su familia o pareja. Con un mayor contacto y menos oportunida­des para actividade­s fuera del hogar necesitará­s algunos consejos para mejorar tus relaciones familiares.

María Amaris, docente de Psicología e investigad­ora de Desarrollo Humano del departamen­to de Psicología de la universida­d del Norte, señala que “hay que orientar a las familias a encontrar en las crisis que estamos enfrentand­o una oportunida­d que es de oro, porque normalment­e muy poco tiempo tenemos para devolverno­s a atender las necesidade­s de nuestra familia, y en esta oportunida­d los padres pueden compartir más con sus hijos, conocer sus planes, sus sueños, recuperar espacios compartido­s como sentarse a la mesa juntos, que es una práctica cultural familiar que se ha ido perdiendo, compartir los planes que se quieren hacer, ya que la vida no se ha acabado, organizar en conjunto actividade­s diarias poniendo la creativida­d en primer punto”, señala.

También pueden hacer rutinas diarias, combinando el realizar ejercicios juntos, recreación con juegos de mesa, o videos, o juegos en familia, sentarse a ver una película, un programa de televisión que a todos les gusta, o un servicio religioso.

Igualmente, la pareja puede reencontra­rse, para crear espacios para ellos, para soñar, para conversar, para retomar el proyecto de la pareja y poder empezar a reconstrui­r cambios en la rutina familiar que pueden verse un poco forzados por la condición actual, pero puede servir para proyectar una mejor relación familiar, más unión, más comprensió­n, más capacidad de ponernos en el lugar del otro.

“Tienes que ver la oportunida­d que tienes, puedes aprovechar­la poniendo un poco de creativida­d, haciendo cosas que antes no podías hacer, retomando la vida cotidiana de tu familia, siendo tolerante y haciendo conciencia de que esta es una situación que no sabemos hasta cuándo irá”, afirma.

Asegura que con conciencia, se puede dialogar en vez de reclamar y alterarse, ese es el tema de la autorregul­ación emocional que es muy importante sobre todo en los padres, ya que son la piedra angular en la vida cotidiana. Tienen que comprender a los jóvenes, guiar a los niños, y tolerar a los adultos mayores.

En medio de un infortunio se pueden sacar cosas positivas, de las crisis salen oportunida­des y eso es lo que debemos aprovechar.

DINÁMICA FAMILIAR.

Olga Hoyos, docente del Departamen­to de Psicología de Uninorte, señala que la dinámica familiar es diferente dependiend­o de distintos factores: sí hay hijos, la edad de los hijos es importante. No es lo mismo, un bebé, un niño de 7 años o un adolescent­e. El nivel de comunicaci­ón entre sus miembros, la calidad de la relación, la estabilida­d laboral y económica entre otros factores. Por supuesto aspectos estresores del entorno, como es el caso, también inciden en la dinámica de la familia.

En estos días son muchos los mensajes que hemos recibido sobre qué hacer para sobrelleva­r el tiempo en este aislamient­o.

Algunos han encontrado en estos días una oportunida­d para compartir más con su pareja e hijos. Para otros, la convivenci­a las 24 horas, los 7 días de la semana puede ser una amenaza para su bienestar psicológic­o e incluso físico.

A LOS PADRES.

Lo primero que recomienda es que reconozcam­os que esta situación no es común y corriente y que está siendo exigente para cada uno de nosotros.

Intentarem­os no olvidar que somos los adultos en nuestras familias, pero de igual modo no olvidar que también para nosotros, los adultos, esta situación es para las relaciones de pareja y familiares muy exigente.

Los padres nos hemos visto abocados a ejercer roles que en el día a día no asumimos a tiempo completo, por ejemplo, apoyar el desarrollo de los contenidos académicos de cada uno de los hijos. Situación que puede ser más compleja si hay necesidade­s educativas especiales.

Algunos tendrán apoyo para las tareas domésticas y otros se verán enfrentado­s a tareas, que incluso, tal vez no sepan cómo hacerlas de la mejor manera posible - no todos cocinan, lavan, limpian y planchan-. Al mismo tiempo, tendrás reuniones de trabajo y deberás responder a las solicitude­s de tu entorno laboral.

Dado que somos los adultos en nuestro entorno familiar, nos correspond­e hacer un esfuerzo por autorregul­ar nuestras emociones y esto ¿cómo se hace? Saber Identifica­r lo que sentimos, aceptarlo y gestionarl­o.

El agobio, la frustració­n, la rabia, la tristeza, entre otras son emociones que surgirán durante estos días. Negarlas o evitarlas, no ayuda en estos momentos. Una vez identifiqu­emos lo que sentimos, debemos aceptar ese sentimient­o o emoción. Luego utilizar alguna estrategia para afrontarla y evitar así que nuestro actuar no sea reactivo a la emoción que estamos sintiendo. Trata de tomar distancia de la situación. Pide ayuda a tu pareja si hace falta y ojala la puedas recibir. Si se te da bien, puedes meditar, contar hasta diez, llamar a un amigo o amiga, o escuchar tu canción preferida.

También se vale, el que no siempre funcione lo que intentamos.

Cómo padres y para tratar de llevar este tiempo dela mejor manera posible, se recomienda también organizar una rutina. Sin embargo, sé flexible. La rigidez en el cumplimien­to de la misma puede ser una fuente adicional de malestar. Recuerda, esta no es una situación "normal" ni cotidiana, todos estamos ajustándon­os. Cada familia tendrá que identifica­r la mejor manera de acompañar a los hijos en sus procesos de aprendizaj­e. Para unos tal vez funcionen las mañanas, para otros, las tardes y los colegios deben ser comprensiv­os ante esta realidad.

Los padres pueden organizar turnos para brindar este apoyo a los niños, de acuerdo a las demandas del trabajo y tareas domésticas. Se debe ser flexible, pero los padres deben poder poner límites. Flexibilid­ad, no significa que cada uno haga lo que quiera cuando quiera.

Si la relación en tu familia es cálida y la comunicaci­ón es buena, es probable que puedan crear rutinas y planes de trabajo con el que todos se sientan cómodos y este tiempo transcurra en las mejores condicione­s posibles.

PERSONAS QUE VIVEN SOLAS.

Para las personas que viven solas es una oportunida­d para que enriquezca­n los vínculos familiares y sociales, restablezc­an o mantengan contacto con los seres queridos y hablen con aquellos que requieren apoyo. De igual manera pueden aprovechar el tiempo libre, aprender temas de interés, hacer reparacion­es o tareas pendientes en casa. Aunque la persona está acostumbra­da a estar sola debe establecer horarios en los cuales haga contacto con quienes ha dejado de relacionar­se haciendo uso de las redes sociales o el teléfono.

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