Colombia va por el premio de consolación en la Copa América
El torneo tuvo los peores índices de audiencia televisiva.
La Copa América de Brasil se acerca a su fin después de casi un mes en el que ha pasado casi inadvertida en el país del fútbol, con peores audiencias que la Eurocopa, un impacto negativo en redes sociales y una afición local que sólo miró de reojo lo que ocurría en un torneo desprovisto de alma.
Sin público en las gradas, ni la posibilidad de recibir turistas, la competición se ha vivido con escaso entusiasmo en un Brasil asolado por la pandemia, con cerca de 20 millones de positivos y casi 530.000 muertos.
El desinterés del público brasileño ha sido notorio y la movilización social que normalmente rodea a la Canarinha fue inexistente.
Las restricciones sanitarias por la covid-19 han tenido parte de la culpa, así como el clima de luto que atraviesa el país, que también lidia con altos índices de desempleo.
DESENCANTO. En Río de Janeiro, escenario de la final mañana entre Brasil y Argentina,
no es difícil cruzarse con hinchas desencantados.
“No, de ninguna manera seguí (la Copa América). No hay interés, ya no es el fútbol que era. El objetivo hoy es mucho por lo financiero”, opinó Marcos de Oliveira, comerciante de 47 años.
Las audiencias de la Copa América en Brasil han sido discretas y en muchos casos inferiores a la Eurocopa. Las populares telenovelas también se han situado por encima en cuota de pantalla.
El torneo americano es transmitido por SBT y los canales del grupo Disney (ESPN y FOX Sports), mientras que Globo, el mayor grupo de comunicación del país, exhibe la Euro.
En Sao Paulo, el principal mercado de TV de Brasil, la semifinal entre España e Italia, por ejemplo, atrajo de media al mismo número de telespectadores que la semifinal entre Brasil y Perú.
La otra semifinal entre Argentina y Colombia tuvo una audiencia tres veces menor que las telenovelas exhibidas ese día en Globo.
IMAGEN NEGATIVA. Por otro lado, el movimiento en Twitter Brasil también ha sido “relativamente bajo”, con un impacto “muy negativo” generado por la grave situación de la pandemia, según explicó a Efe Leonardo Rios, vicepresidente para Latinoamérica de Knewin, empresa brasileña que se encarga de monitorear y analizar qué informaciones circulan en medios de comunicación y redes sociales.
Según sus datos, hubo un pico de participación al comienzo, muy vinculado con la ola de indignación por traer el torneo al país con la pandemia aún fuera de control, y luego el interés ha ido cayendo paulatinamente.