Martinete, el pueblo de 120 años que por primera vez verá la luz
Las 81 familias de este corregimiento de Remolino (Magdalena) espera con ansias la llegada de la energía una vez Air-e termine los trabajos que comenzó en marzo pasado.
En el corregimiento Martinete, jurisdicción del municipio de Remolino, Magdalena, sus habitantes están contando los días para disfrutar de la llegada de la energía eléctrica, un sueño de hace 120 años.
Las obras de electrificación que se iniciaron en marzo pasado están en un 85 por ciento, y según el cronograma, deben finalizar a finales de este mes.
El gerente de normalización e infraestructura de Air-e, Javier Labrador, dijo que solo resta instalar los medidores en cada casa.
Hasta ayer iban 90 postes de media tensión y 58 de baja tensión, además 8.2 kilómetros de redes de media tensión y 1.4 kilómetros de baja tensión.
“Esta es una apuesta de Air-e y el Gobierno Nacional para poder prestar este servicio importante”, dijo.
La firma ejecutora del proyecto es Nijahd S.A.S, y tiene un valor de $650 millones (incluyendo interventoría) recursos girados por el Fondo de Apoyo Financiero para la Energización de las Zonas Rurales Interconectadas, del Ministerio de Minas y Energía.
En total son 81 viviendas cuyos habitantes aguardan ansiosos el día esperado, el momento soñado.
El servicio de energía eléctrica sería inaugurado el 31 de julio, fecha que coincide con el cumpleaños del alcalde de Remolino, Carlos Vargas.
Edgardo Pabón, líder del corregimiento, manifestó que hay mucha complacencia entre los habitantes, porque “se está cumpliendo con la palabra empeñada”.
“Hay una alegría inmensa, la gente está a la expectes, tativa, los niños son los más felices”, comentó.
financiar Acometidas.
Destacó que el miércoles fue instalado el servicio de energía en la casa donde residen los operarios de la obra.
Se indicó que por parte de la comunidad que es posible que la Alcalía de Remolino colabore con la financiación de la instalación de las acometidas internas.
Los trabajos generaron empleo para los habitanquienes fueron dotados de overol y cascos.
El ingeniero de Air-e , Javier Labrador, explicó que en el desarrollo de la obra la pandemia en un principio quiso ponerle talanqueras, pero estos fueron superados en razón a que “la política de Air-e es ver cada obstáculo como una oportunidad para mejorar".
“Nuestra consigna empresarial es ver todo lo positivo y utilizamos la pandemia para trabajar con mayor calma y libertad, sobre todo en la movilización de las cuadrillas”, precisó.
Sostiene que "confiando en Dios, en el Caribe mejoraremos otras poblaciones".
Anticipó que se estudia un nuevo proyecto de energización en una vereda cerca al municipio de Plato.
Adiós AL PASADO. Martinete es una población que recibe su nombre en honor a San Martín de Loba y cuenta con 550 habitantes.
La falta de energía desde hace 120 años ha privado a sus habitantes de cosas elementales, necesarias para el desarrollo en sociedad.
El ventilador, el televisor, la nevera y la estufa son electrodomésticos ausentes en la mayoría de los hogares, pues estos solo son lujos que se dan los que poseen plantas eléctricas.
Quienes carecen de estos privilegios se mantienen en la tradición: el abanico de mano para contrarrestar el calor, el toldillo y el musengue para espantar los mosquitos, y la nevera de icopor para conservar el hielo, que proveedores traen desde San Rafael –un corregimiento vecino– y que se expende en las tiendas a 300 pesos por bolsa.