El Heraldo (Colombia)

Adiós a una madre de grandes ligas

Sus exequias se llevaron a cabo la tarde de este viernes Familiares y vecinos recordaron con cariño a quien para ellos fue en vida “una mujer de grandes ligas”.

- Por Javier Mendoza Daza @jmendozada­za

La matrona de los Rentería partió a la eternidad rodeada de sus seres queridos, esos por los que toda su existencia estuvo dispuesta a luchar y por los que logró hacerle un jonrón a la vida superando la pobreza.

Los achaques de salud propios de su edad (91 años), hicieron que la luz de Visitación Herazo se fuese consumiend­o poco a poco.

Este viernes varios familiares de la nonagenari­a mujer se dieron cita, no para celebrar como lo hicieron el 2 de julio, cuando cumplió años, sino para despedirse de la matrona que vendiendo cerdo, fritos y rifas sacó adelante a sus ocho hijos.

“Dios nos brindó una madre amorosa que dio todo por nosotros”, expresó a EL HERALDO su hijo, el exbeisboli­sta Edinson Rentería.

“Lo fue todo para nosotros. Venimos desde abajo, el viejo se nos fue temprano y ella nos dio sabiduría, educación y ánimo para salir adelante”, afirmó su hijo.

Ahora, dice Rentería, todos sus hijos van a seguir el legado de la matrona y mantendrán a la familia unida como ella siempre lo quiso.

Como dice la alabanza: “El regalo más hermoso que a los hijos da el Señor, es su madre y el milagro de su amor”. Ese mismo “milagro de amor” es el que quieren los Rentería mantener vigente de generación en generación.

Yohandri Castro Rentería, nieto de doña Visitación, recordó a su abuela como una mujer “noble” con un “gran corazón” que siempre estuvo dispuesta a ayudar a conocidos y desconocid­os.

“Ella siempre nos enseñó valores, por sobre todo la humildad”, expresó el joven con voz entrecorta­da.

En los últimos días, según su nieto, la anciana mujer envió algunas señales para que sus hijos, nietos y bisnietos se prepararan para asimilar que su presencia física estaría ausente.

“A veces se quedaba en silencio y otros días hablaba como siempre. Ya nos estaba preparando”, agrega Castro Rentería.

NOBLE Y LUCHADORA. Carmen Pájaro fue amiga de “doña Visita”, como la llamaban de cariño sus seres más cercanos, durante la época en la que la matrona Rentería vendía cerdo para sostener a sus ocho hijos.

En la casa de Visitación las bases estaban llenas, pero ella nunca perdió la esperanza de conectar un jonrón que sacará a su familia de la pobreza.

“Ella salía desde la mañana y regresaba en la noche a hacerle la comida a sus hijos. Era una madre que daba todo por ellos”, recuerda Pájaro.

En esa época, Herazo recorría las calles de Barrio Abajo y Montecrist­o vendiendo cocadas, alegría y cerdo.

Pájaro hace una pausa y traga un poco de saliva, mientras sus ojos se van poniendo llorosos. Retoma la conversaci­ón con la voz entrecorta­da. Recuerda que en una ocasión su amiga le dijo que jamás debía perder la esperanza porque algún día sus problemas económicos se iban a resolver como le sucedió a ella.

“Era una mujer muy servicial. Ella ayudaba al que podía. Cuando su situación se mejoró ella me preguntaba si yo necesitaba algo y si así era me lo brindaba”, dice Pájaro.

Kelman Alarcón es otro de los vecinos de doña Visitación que la recuerda con nostalgia. En su memoria está la imagen de la mujer trabajador­a que se desvivía por sus hijos y siempre velaba por el bienestar de ellos.

Según cuenta, a pesar de las adversidad­es que pudo haber sufrido, siempre se mantuvo sonriente y con un corazón lo suficiente­mente noble para ayudar al otro. No tenía reparos en compartir con los demás cuando sus condicione­s mejoraron.

“Ella para nosotros también era como una madre, siempre luchó por sus hijos y por sus vecinos”.

Alarcón vivía en el apartament­o que estaba al lado de la casa de Visitación y fue testigo de su carisma. Doña ‘Visita’ fue para él un ejemplo a seguir y considera que es la muestra de la disciplina, el amor y la superación.

Guillermo Castro, quién era encargado de cuidar la casa de doña Visitación, la recuerda también como una madre ejemplar y una vecina noble. A él también se le escapan algunas lágrimas al hacer memoria de las conversaci­ones que solía tener con ella. “Me decía que no los dejara solos”.

Castro también destaca de la fallecida mujer su capacidad para superar las adversidad­es y la cataloga como una luchadora incansable, que aunque en sus últimos días se vio mermada por los achaques de la edad, jamás bajó los brazos.

El cuerpo de Visitación Herazo Iriarte fue cremado este viernes y sus cenizas, por voluntad de ella, serán llevadas a su pueblo natal, El Yucal, corregimie­nto de Calamar, en el departamen­to de Bolívar.

CARMEN PÁJARO Amiga y vecina “Ella era una mujer noble y de gran corazón”.

KELMAN ALARCÓN

Vecino

“Para nosotros también era como una madre”.

GUILLERMO CASTRO

Cuidador

“Ella era una mujer con una gran fortaleza y nobleza”.

Jaime Pumarejo Con un profundo dolor en el alma, lamentamos el fallecimie­nto de doña Visitación Herazo, madre del gran @Hitrenteri­a.

Elsa Noguera A nuestro @Hitrenteri­a mi acobmraezn­otayriocsa­riño por la partida de su mamá al cielo. Mis oraciones por el descanso de Doña Visitación.

Tatyana Orozco Lamento el fallecimie­nto de Doña Visitación Herazo, mujeres como ella han sido luz en la trayectori­a de sus hijos… luchadora incansable.

Alex Char Mi abrazo de condolenci­as a mi amigo Édgar Rentería por la partida de su madre. Doña Visitación fue siempre una mujer de grandes ligas.

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 ?? FOTOS JOSEFINA VILLARREAL ?? Familiares y amigos se dieron cita ayer en Jardines de la Eternidad para despedir a doña Visitación.
FOTOS JOSEFINA VILLARREAL Familiares y amigos se dieron cita ayer en Jardines de la Eternidad para despedir a doña Visitación.
 ??  ?? Visitación junto a su hijo Édgar Rentería.
Visitación junto a su hijo Édgar Rentería.
 ??  ?? Edinson Rentería en el funeral de su mamá.
Edinson Rentería en el funeral de su mamá.
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