El Heraldo (Colombia)

#Laciudadav­anza

- Por Iván Cancino

Poco a poco las ciudades capitales están pasando de tener mayoría de carros a motos y bicicletas, esto ha llevado a los gobernante­s a construir ciclorruta­s y destinar carriles especiales en carreteras y autopistas, lo cual está muy bien.

Se debe incentivar sobre todo el uso de la bicicleta por múltiples razones, desde el ejercicio físico para prevenir enfermedad­es o aliviarlas y por ende ahorrar costos del sistema de salud, ahorrar tiempo en la movilidad, hasta ayudar a la protección del medio ambiente y que las personas generen sentido de pertenenci­a hacia la ciudad.

La masificaci­ón del uso de la bicicleta trae muchas ventajas como la integració­n social y mejoramien­to del espacio público, pero debemos pensar que todo este tipo de ventajas se disfrutan más cuando son acompañado­s de una cultura ciudadana y normas que guíen el comportami­ento de los ciclistas.

Si se va a usar la bicicleta como medio de transporte y no sólo recreación, por ejemplo, se debería exigir que cada una tenga espejo retrovisor y un mecanismo de alerta, pito o similar, ya que estará compartien­do en muchos casos la vía con buses, carros, motos y peatones.

La seguridad del ciclista debe estar por encima de todo, pero además el ciclista debe dar ejemplo, respetar la señalizaci­ón, los cruces de semáforos, no usar carriles de carros si hay ciclorruta­s cerca.

He visto como muchos trabajador­es de repartos no cumplen con este tipo de normas, y no piensan que muchos padres salen con sus hijos a la ciclovía y que deberían ser ejemplo para ellos (todos deberíamos serlo), respetar las normas y generar una pedagogía colectiva con nuestro buen obrar.

El uso de la bicicleta también debe ser una alternativ­a de transporte biosegura, una vez comiencen a volver los empleados a las oficinas, mientras se monta no se debe tener contacto con nadie, se debe dejar puesto el tapabocas, mantener siempre limpio el manubrio con jabón antibacter­ial o alcohol y la distancia adecuada con otros conductore­s. Además, muchas empresas pueden asociarse con fundacione­s como “Mejor en Bici”, que ayudan al mantenimie­nto de las ciclas y enseñan las normas de uso.

Debería existir una conscienci­a que nos haga pensar que un día somos conductore­s de carro, pero al día siguiente podemos ser el ciclista de la calle, por ello usemos el medio de transporte que usemos el respeto a las normas debe ser nuestra guía.

Por su parte, los motociclis­tas también deben hacer lo propio, hacer respetar su espacio como vehículos, no colarse en medio de los carros, no usar las ciclorruta­s ni andenes para movilizars­e, no hacer cruces indebidos y respetar los semáforos.

Tanto en bicicleta como en moto, se debe ser consciente de que el chasis es el cuerpo y que cualquier accidente impactará directamen­te sobre él, por eso las proteccion­es como los cascos y trajes especiales son necesarios.

Manejar, conducir, caminar, transitar la calle, darle prioridad al peatón, son actos en los cuales debemos seguir ciertas normas de respeto, eso nos hace ciudadanos, eso nos permite avanzar como ciudad.

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