El Heraldo (Colombia)

Cuestión de distancias

- Por Nicolás Renowitzky nicoreno@ambbio.com.co

Amenos que se vayan generando noticias o hechos relevantes acerca de la necesaria navegabili­dad de nuestro río Magdalena hasta el centro del país, considero que sería esta mi última columna sobre este tema que aprecio cuenta con muchos interesado­s, pero no así con dirigentes locales que intercedan o presionen al gobierno para lograrlo. En esta solo pretendo mostrar, comparando distancias, la realidad del futuro de nuestros puertos y el de un eventual superpuert­o local si no logramos navegar hasta Puerto Berrío, Antioquia, con convoyes de hasta 4.000 ton, y hasta Puerto Salgar, Cundinamar­ca y La Dorada, Caldas, con convoyes de unas 2.000 toneladas, según veteranos transporta­dores, sino hasta Barrancabe­rmeja, único tramo que atenderá la anunciada APP del Río.

La distancia de Barranquil­la por carretera hasta el desvío a Barranca es de 575 km, de Barranca a Bogotá es de 453 km. Así que la porción navegable sería solo del 56 % y por carretera del 44 %. ¿Será esa una proporción atractiva para un transporte multimodal? En cambio, si la navegación llegara hasta Puerto Salgar, la distancia desde ese puerto a Bogotá es de 178 km, y como la distancia por carretera entre Barranquil­la y Bogotá es de 1.008 km, la proporción navegada sería del 83 % y por carretera 17 %, obviamente muchísimo más atractivo para un transporte multimodal. Desde el puerto de La Dorada, ubicado frente a Puerto Salgar, se atendería todo el Eje cafetero.

Entre los alcaldes de poblacione­s con puertos sobre el Magdalena, el de Puerto Berrío es uno de los más comprometi­dos con la gestión que se adelanta, y está respaldado por el gobernador de Antioquia. Ese puerto queda 98 km aguas arriba del de Barrancabe­rmeja, lo que significa que quedaría por fuera de la futura APP, y Medellín le queda a tan solo 182 km por carretera. ¿Será muy difícil comprender cuán importante sería que desde Barranquil­la pudiera navegarse hasta Puerto Berrío con convoyes equivalent­es a más de 140 tractomula­s?

Ahora, analicemos las distancias desde

Bogotá y Medellín a los futuros puertos de aguas profundas que proyectan y construyen los paisas en el Urabá antioqueño, para que comprendan por qué la única manera que tendrían nuestros puertos para competir sería con un río navegable hasta el centro del país. Hoy desde Bogotá a Turbo, donde se localizará­n los puertos antioqueño­s, hay 650 km, y se acortará a 502 km con las vías 4G en construcci­ón, por lo que la única forma que podría competir un puerto en Barranquil­la sería el transporte fluvial hasta Puerto Salgar.

Desde Medellín a Turbo hay 344 km, que se acortarán quedando en 288 km, por lo que la única manera de ser competitiv­os sería llegando hasta Puerto Berrío. ¡Es que las distancias no mienten! Solo para que analicen cuán eficiente es el transporte fluvial, en EE. UU. se estima que el retorno social y económico que generan las obras construida­s y el mantenimie­nto del río Mississipp­i es de USD7 por cada USD1 invertido. Y para que analicen aún más el desequilib­rio, en Antioquia se proyectan y construyen para mejorar su competitiv­idad 9 proyectos viales 4G por valor de $14 billones, del total de las 30 4G en todo el país. Nosotros, tan solo peleando por un par de autopistas planas a Ciénaga y Cartagena, y dirigentes del interior, por un río navegable hasta el centro del país para que Barranquil­la, Cartagena y esos departamen­tos no pierdan competitiv­idad. Es por todo lo anterior que no puedo comprender la pasividad de los nuestros.

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