El Heraldo (Colombia)

Pirausta, malditos, vista

- Por Enrique Dávila Martínez edavila437@gmail.com

¿Qué es Pirausta, seudónimo de Amira de la Rosa en el concurso de 1928 para escoger la letra del Himno de Barranquil­la? Aura M. Salas, B/quilla

Pirausta era una mariposa fantástica de la que en tiempos remotos se decía que habitaba en el fuego y que moría si era apartada de él. En Otro poema de los dones, Borges dice: “… por el fulgor del fuego/, que ningún ser humano puede mirar sin un asombro antiguo”, y existe una foto de Amira en la que, absorta, contempla el fuego de una chimenea: en él, especulo, revueltos los colores, aletea una mariposa. Es bella la idea de un ser que vive incendiado en un incendio, un ser que, quizá de pasión, arde en su propio fuego y no perece. Y ese fue el seudónimo que escogió Amira. Vaya uno a saber qué quiso decir.

¿Por qué en uno de sus ensayos Verlaine llamó ‘poetas malditos’ a Baudelaire y a Rimbaud? Jorge Atanasio, B/quilla

Maldito, del latín male dictus ‘mal dicho’, significa ‘de quien mal se dice’ o ‘de quien se habla mal’. El término lo acuñó Verlaine, quien, junto a Baudelaire, a Rimbaud y a otros pocos, fue considerad­o uno de los ‘poetas malditos’. De ellos, en efecto, se hablaba mal, pero no por desprecio o vituperio, ni porque fueran diabólicos o depravados, sino porque violaban normas de la católica Francia, se situaban más allá de lo convencion­al y eran elitistas en cuanto a genio y cultura. Por eso, tendían a aislarse, y se volvían despreocup­ados, solitarios, acaso trágicos. Baudelaire, al que llegaron a venerar, fue el maestro implícito de todos. Sorprendía que en busca de la belleza introdujer­a en la poesía motivos no convencion­ales, como, por ejemplo, lo inmundo, presente en su poema “Una carroña” (en Barranquil­la habría sido “Una mortecina”). De Rimbaud turbaba su precocidad, extravagan­cias y sus rencillas con el también extravagan­te Verlaine, con quien, disparos de por medio e intervenci­ón policial, configurar­on un espectácul­o que fue comidilla del mundo francés, intelectua­l o no ilustrado. No obstante, los ‘poetas malditos’ eran bienamados, en particular por grandes escritores como Victor Hugo y Mallarmé, quizá porque sabían que ellos vivían en las ascuas del chismorreo europeo, que decía cosas terribles solo porque los juzgaba inmensos y trascenden­tes.

En cuanto al dicho “el de la vista gorda”, ¿qué tiene que ver la gordura con la mirada? Rodolfo Gómez Peralta, Medellín

En ocasiones, al despertar de un sueño tranquilo y profundo no se distinguen bien las cosas porque se tiene la vista gorda, esto es, los párpados congestion­ados. La expresión “hacer [alguien] la vista gorda” se refiere a aparentar que no se ha visto un objeto o un suceso, bueno o malo. En principio, estuvo asociada al contraband­o y referida a inspectore­s de aduana, quienes, previos acuerdos con contraband­istas, y precisamen­te por tener la vista gorda, dejaban pasar mercancía no declarada o más volumen del registrado. Su equivalent­e con otro sentido corporal es “hacer [alguien] oídos sordos”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia