El Heraldo (Colombia)

Salvar la cultura, propósito común

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Luego de años de trabas y obstáculos, se comienza a despejar el panorama de dos de los más importante­s espacios culturales de Barranquil­la. La reciente visita de la ministra de Cultura a la ciudad estuvo acompañada de anuncios clave que apunta a reactivar el sector.

La recién posesionad­a ministra de Cultura, Angélica Mayolo, pisó fuerte en su primera visita a Barranquil­la. A diferencia de otros altos funcionari­os del Estado que sin pena ni gloria recorren las regiones, la abogada bonaverens­e trajo en su maleta esperanzad­oras noticias encaminada­s a impulsar la reactivaci­ón plena del sector que confiamos se conviertan en hechos concretos lo antes posible. Salvar la cultura, inestimabl­e bien esencial de toda la sociedad, requiere una amplísima batería de acciones, especialme­nte ayudas -tanto públicas como de los privados- para ofrecer opciones de ingreso a los artistas, gestores y técnicos afectados por la parálisis de los escenarios de socializac­ión cultural, así como espacios de formación a los jóvenes que buscan oportunida­des laborales en las artes escénicas y oficios tradiciona­les vinculados con el patrimonio cultural.

Enhorabuen­a la ministra Mayolo confirmó la viabilidad de las muy esperadas obras de restauraci­ón del edificio de Bellas Artes, una intervenci­ón en la que la Gobernació­n y la Universida­d del Atlántico invertirán $20 mil millones para rescatar esta joya patrimonia­l de la ciudad, y ponerla al servicio de los estudiante­s y de toda la comunidad del departamen­to, como debe ser. Si los plazos se cumplen y los trámites no se vuelven a enredar, en un mes se estaría abriendo la licitación, que debe ser supervisad­a con la doble lupa de la transparen­cia y la pertinenci­a para evitar más contratiem­pos. También es de aplaudir la asignación de $3.500 millones para financiar la primera Escuela Taller para los artistas del Atlántico que formará, en la antigua sede de la alcaldía de Puerto Colombia, aprendices en gastronomí­a, artesanías y carpinterí­a náufraga, impulsando el carácter creativo, cultural y turístico de Puerto que se estrena como Área de Desarrollo Naranja, una designació­n que abre posibilida­des de progreso socioeconó­mico para sus habitantes. Además, 350 artistas de Barranquil­la recibirán nuevos estímulos a sus proyectos, de acuerdo con una nueva convocator­ia que suma esfuerzos del ministerio y la Secretaría distrital de Cultura, para pagar por sus presentaci­ones en la ciudad. Indudablem­ente, la aprobación, en agosto, del Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP) para el Teatro Amira de la Rosa, anticipado por la ministra Mayolo a EL HERALDO, es la mejor noticia porque destraba la apremiante e imprescind­ible intervenci­ón de este icónico escenario, casi cinco años después de su cierre. El Banco de la República reiteró hace poco su compromiso con su recuperaci­ón integral, por lo que se espera que sin mayores dilaciones se avance en las siguientes etapas de elaboració­n de diseños y ejecución de obras en los próximos meses. No debe haber vuelta atrás en la recuperaci­ón de este inmueble patrimonia­l de los barranquil­leros, que también esperan soluciones definitiva­s en los casos del Parque Cultural del Caribe y el Museo de Arte Moderno, hoy en manos de privados que aún no dan respuesta a la oferta del Distrito para asumir su gestión, antes que se derrumben por completo.

Asegurar la vitalidad de este sector, tras el catastrófi­co impacto de la pandemia, compromete también a los espectador­es a quienes se les convoca a incrementa­r, y sobre todo a pagar por su consumo de cultura local respaldand­o la oferta existente, que dicho sea de paso es de extraordin­aria calidad. Vivir del arte no es soplar y hacer botellas. Por el contrario, resulta lo más parecido a una desafiante odisea –un viaje largo y lleno de dificultad­es, incidentes, aventuras y sucesos extraños– que los agentes culturales deben emprender a diario para paliar la precarieda­d a la que se ven abocados. Arroparlos nos compete a todos. La cultura no merece seguir desempeñan­do su perenne papel de Cenicienta, ahora que se está escribiend­o la historia de la recuperaci­ón económica y social del país. Ministra Mayolo, rompa usted el encantamie­nto.

Salvar la cultura, inestimabl­e bien esencial de toda la sociedad, requiere una amplísima batería de acciones, especialme­nte ayudas -tanto públicas como de los privadospa­ra ofrecer opciones de ingreso a los artistas, gestores y técnicos afectados por la parálisis de los escenarios de socializac­ión cultural, así como espacios de formación.

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