El avance económico
Araíz de la enorme inflación que viene sufriendo el país, especialmente en los artículos de primera necesidad integrantes de la canasta familiar, la percepción es que cada día se agranda la pobreza, la informalidad en la ocupación laboral, la reducción del consumo en los hogares. En palabras sencillas, cada día la plata de los ingresos del hogar alcanza menos para vivir medianamente bien. Esto es una verdad de a puño, castigando más a la clase media que debe juntar varios salarios mínimos cada mes entre los miembros de una familia para poder, mansamente, subsistir.
El tema es más profundo de lo que las apariencias muestran. En primer término porque no es un fenómeno particular de Colombia, es universal. Las estadísticas muestran por ejemplo que en los Estados Unidos la inflación es la más grande desde hace veinticinco años. El agravante de la guerra Rusia-ucrania limitando productos universales que restringen una oferta básica para la vida como la venta de gas, por ejemplo, empeora los problemas inflacionarios de Europa también. Es decir en esto Colombia no está sola, lo que sucede es que cada Estado tiene diferentes formas de enfrentar este fenómeno económico gravitante en la suma de los estándares de vida y maneras de controlarlo.
Nosotros tenemos, afortunadamente, un Banco Central llamado de la República, el Banco Emisor, estructuralmente según la Constitución actuante en forma independiente de las riendas de los gobiernos sucesivos. Eso se llama autonomía. Que entre nosotros es sagrada y se respeta al máximo. Esta independencia de criterio define muy bien la política monetarista y perfecciona los diferentes caminos que la entidad tiene como recursos para controlar nuestra economía. Es un tránsito obligado y permanente hacia la estabilidad. El hecho de que factores externos inclusive fuera de nuestras fronteras inciden en la variación de las posiciones de la economía no quiere decir que estemos fuera de la órbita de control del Banco Emisor Central, Afortunadamente.
Pero si bien desde ese ángulo nos podemos sentir tranquilos atravesando la tormenta es necesario que el avance de nuestra economía en los demás renglones subrayados diariamente por el gobierno y los medios de comunicación, necesita fuertemente ajustes y controles sucesivos, para no perder un avance, un crecimiento que el país produce y siente, en medio de tanta incertidumbre y vientos en contra. Por ejemplo, la producción no puede detenerse. La inversión de capital es cada día más exigente para que los pequeños y medianos empresarios puedan salir adelante. Para ello hay que aflojar más los créditos y mejorar la capacidad de endeudamiento manejando la con mayor laxitud o con menos exigencias. La producción camina si hay capital, si no se paraliza. Hay muchísimas quejas de los inversionistas acerca del poco apoyo que encuentran en la búsqueda de financiación. De este modo si no se produce no hay rentabilidad y por lo tanto baja el empleo. La falta de formalidad en el empleo, en la cadena productiva conduce automáticamente a la menor circulación del dinero e incide enseguida en el consumo de los hogares. Es cuestión como diría Piketty de “aflojar las tuercas en cada uno de los soportes de esta cadena productiva”. Así, estamos ante un panorama de diferentes controles por parte del gobierno pero con holgura, casi diríamos que con mucho de generosidad sin perder la valoración de las normas de cumplimiento. En la economía cumplir es seguir viviendo acertadamente.