Es la esperanza
ARodolfo Hernández le ocurrirá lo que a Fajardo en las elecciones pasadas: La mayoría de los votos que obtuvo no son suyos: Es que el incansable y persistente embate de los proguerrilleros contra Uribe (sueñan con Uribe) condujo a aquellos que jamás votarían por Petro a que cayeran en las tendidas redes del enfermizo antiuribismo, los convencieron que votar por Duque sería igual que votar por Uribe, y que la alternativa era Fajardo; de ahí su alta votación que creyó propia y que se desinfló ahora con su lánguido guarismo, y con la decreciente intención de los potenciales votantes encuestados. Es que los vengativos ataques contra Uribe, apoyados por un sector del poder judicial, sin duda le han dado resultado a los mamertos, al punto que el Centro Democrático no tiene candidato propio. “Me expropiaron mi reputación” dijo con razón Uribe ante la andanada que recibe. El caso es similar, pese a la incoherencia de identificar a Fico con Uribe, y menos tildarlo de títe re del uribismo.
Rodolfo Hernández (claro, los egos son incontrolables) nunca aceptará que ésa intención de voto que le aparece no son suyos sino antiuribistas, ya está convencido de que su nueva popularidad se debe a sus amplios conocimientos, a su oratoria, y a lo profundo de su mensaje; luego su unión con Fajardo luce difícil a menos que éste ceda y adhiera a su campaña, no va a suceder porque, no importa que en las encuestas el uno se gane al otro, que Rodolfo sea petrista y Fajardo santista, o sea ambos petristas, la cosa es por plata, multas y reposición de votos. Siempre la plata.
La realidad es que los otros no alcanzarán ni el mínimo para la reposición, pero no renuncian, no se entiende por qué. Fico y Petro serán punteros; este atollado o en franca declinación, desesperado inventando atentados, montando paquitos que no detendrán su caída, Y aquél con sostenida tendencia al alza, al punto que si en los veinticuatro días que faltan la tendencia alcista de mantiene, podrá alcanzar el cincuenta por ciento más uno de los votos con los que ganaría en primera vuelta. Es la general esperanza para no caer en las depredadoras garras zurdas.
Coletilla ganadora: Reverdecer no es fácil pues las ramas, una vez secas, mucho les cuesta recuperar el fluido vital y, por lo general, fenecen. Por ello el escepticismo cuando el rector Mauricio Molinares vaticinó que haría reverdecer a la Universidad Autónoma por encima de la deserción galopante, la precaria situación económica y financiera, y la credibilidad. Las ramas estaban secas. Pero con optimismo, decisión, y un excelente equipo de colaboradores, se puso manos a la obra. Hoy el estudiantado regresó, se reactivaron los Programas, revivieron el Teatro y la emisora, se crearon nuevas e ingeniosas cátedras (la cátedra Barranquilla fue un éxito), se recuperaron las finanzas. Lo mejor, la credibilidad ante los estamentos gubernamentales, y la recuperación académica de aquellos jóvenes que creyeron perdidos su tiempo y su dinero. Ganó Barranquilla. Ovación para el rector y su equipo.