Viuda y viudo, afrodisiacos
¿Por qué se llaman viuda de carne salada y viuda de pescado? María Bernarda Campo, B/quilla En la Costa se dice ‘viuda de carne salada’ o de ‘pescado’ y en el interior ‘viudo de pescado’. Es un plato colombiano culturalmente arraigado en la memoria de los habitantes ribereños del Magdalena y de otros ríos y ciénagas, y de él se dice que es “el rey de las riberas del río”. Consiste en pescado al vapor con diferentes ingredientes según la región donde se elabore. Los lingüistas Mario Alario di Filippo y Julio Tobón Betancur, cada uno por su lado, dicen que ‘viudo’ “es cierto pez”, y el segundo agrega que el plato se elabora “con viudo u otro pescado”. En efecto, encontré que viudo es un pez, de la familia Zoarcidae y del género Notolycodes, pero no es el mismo del de nuestro plato típico porque aquel habita en aguas marinas profundas. El origen de los apelativos ‘viuda’ o ‘viudo’ para el plato es incierto. Existen dos leyendas, ingenuas y facilistas. La primera narra que una señora de las riberas sorprendió a su esposo cuando este se refocilaba con otra dama, por lo que los asesinó y luego fue a la orilla del río donde se suicidó. Después de muerta, espantaba a los pescadores, que la tranquilizaban cocinando la vianda. No amerita nombrar así a un plato que evoca a quien no era reconocida como viuda, pues tan solo lo fue durante el corto tiempo que le tomó el trayecto entre su casa y el río; además, el nombre luce como una invención forzada. La otra leyenda es más machista y disparatada, pues cuenta que el pez macho, por macho, se va a recorrer el mar mientras la hembra “permanece en casa”, en el río, donde es capturada.
¿Por qué a algunos alimentos se les dice afrodisíacos? Aurith Hernández H., Bogotá
Por vía culta, este término se incorporó al español a fines del siglo XVIII, y en la edición de 1884 fue registrado en el diccionario académico así: “Dícese del medicamento o sustancia que excita el apetito venéreo”. En la última edición, el registro solo dice: “Que excita o estimula el apetito sexual”. Viene del latín
aphrodisiakós ‘erótico, venéreo’, y este del griego aphrodisiăcus
‘lo propio de Afrodita’. Esta diosa aparecía siempre como muy joven, y simbolizaba la belleza, el atractivo sexual, el amor y el matrimonio. Es decir, ‘lo propio de Afrodita’ era lo hermoso, el encanto y el sexo a todo dar.
Pese a que los afrodisíacos, entendidos como alimentos o sustancias que estimulan el deseo sexual no existen, pues no hay ninguna base científica para atribuirles influjo alguno sobre la lid amorosa, hay ingenuos que confían en que estos sí actúan, como el caso de un conocido mío, que, años ha, se comía un coctel de ostras y corría a donde su querida (entonces se decía “queridas”) después de asegurar que a la vuelta de unos minutos iba a ejercer como amante solícito y resuelto. En realidad, en el caso de los hombres, el mejor afrodisíaco es una mujer que nos apetezca, más allá de que a otros les resulte insípida.