Regresividad Suprema
Apesar de los avances que se han dado en materia de derechos reproductivos y sexuales de las mujeres a nivel global, esta lucha de las mujeres contra las instituciones patriarcales parece un camino de nunca acabar. Recuerdo que una vez un profesor me dijo que los derechos son aquello que creemos merecer y los llevamos a una ley. A mi juicio cuando se trata de los derechos de las mujeres, los derechos han sido los que un grupo de hombres con poder o mujeres aliadas del patriarcado han considerado que merecemos y lo llevan a la ley. Incluso a ley penal, que es la última ratio que tiene el Estado para intervenir en la sociedad.
Históricamente, para muchos de ellos algo que merecen las mujeres es ir a la cárcel por interrumpir un embarazo no deseado o tener que sufrir todo un calvario para poder acceder a algo que es esencial para su vida y libertad. Mientras Colombia a través de la Corte Constitucional adoptó una decisión que la cambiará la vida a miles de mujeres en el país, preservando su integridad física, su salud y su libertad, otras corrientes conservadores en Estados Unidos buscan adoptar medidas regresivas para los derechos de la mujer. Por eso es una lucha que nunca terminará, porque por cada paso que se da a favor de la libertad de las mujeres, siempre hay argumento que amparado en la tradición intenta revertir el terreno que se ha abonado hacia la igualdad, las garantías y libertades.
Esta semana se filtró en Politico, un medio de comunicación estadounidense, un borrador de una decisión de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos que revertiría dos decisiones en los que la Corte establecía el aborto como un derecho para las mujeres. De la lectura del borrador, el cual fue redactado por el juez Samuel Alito, se concluye con una simple lectura que con la excusa de la tradición se pretende desconocer un derecho que históricamente fue desconocido y que logró establecerse gracias al activismo inagotable de mujeres que abogaban por sus libertades.
El borrador establece que en los casos de Roe vs. Wade y Planned Parenthood vs. Casey, se estableció el derecho al aborto a partir de la aplicación de la decimocuarta enmienda de la Constitución de Estados Unidos, disposición que ha sido utilizada para garantizar derechos que no están explícitamente establecidos en la Constitución pero que tienen una arraigada conexión con la historia y tradición esta Nación. El borrador de esta decisión concluye que no existe tal conexión entre el aborto y los criterios de orden, libertad, historia y tradición de Estados Unidos.
Si no quisieran revertir el aborto, el cual es un derecho natural de la mujer que no necesita estar escrito ni en piedra ni la Constitución, podrían haber tomado la tesis de Ruth Bader Ginsburg y establecer el derecho al aborto en asocio con el de la igualdad, porque la prohibición del aborto siempre implicará en la práctica un tratamiento desigual entre géneros.
De todo esto lo que queda es una interpretación regresiva de decisiones previas que se han adoptado por la Corte Suprema de Estados Unidos, cuando los jueces habrían tenido una inmensa oportunidad para avanzar en la consolidación de los derechos de las mujeres.