Natalia, la mamá de un niño con memoria ‘prodigiosa’
Son muchas las barreras que las personas con autismo y sus seres queridos deben atravesar a diario para que se respeten sus derechos. En el caso de Natalia Hermida, cuando la palabra autismo llegó a su vida y a la de su familia, su hijo Zaki tenía nueve meses. Los planes que venían “marchando sobre ruedas”, de pronto se desplomaron un poco.
“A los nueve meses me di cuenta de que algo no estaba bien. Me empecé a dar cuenta de que se comportaba como un adulto y hacía ciertos movimientos que no eran comunes. Empezamos acompañamiento psicológico, exámenes con personas capacitadas fuera del país y a los 18 meses lo diagnosticaron”, expresó Natalia.
El amor que Natalia le da a su pequeño se escribe con mayúsculas, ese que demuestra cada día su fortaleza y su amor incondicional. “Mi hijo tiene autismo de alto funcionamiento, es un niño sub dotado. Va a cumplir cuatro años y está leyendo y también multiplica, pero se le dificulta mucho la comunicación, no de hablar sino jugar con niños de su edad, él no sabe cómo acercarse”, precisó.
De igual manera, añade que “es un niño que habla cuatro idiomas, él solo está aprendiendo japonés, pero la parte social hay que trabajarla bastante, es un niño muy cariñoso. Se estresa cuando está con niños de su edad. La música lo conecta mucho”, puntualizó.
Pero a pesar de todas las dificultades, también es una madre que se levanta cada día, se limpia las lágrimas y le planta la cara a las adversidades. Una mujer que siempre tiene una sonrisa y palabras de amor para reconfortarlo. Sin duda, una verdadera luchadora.
“Al principio fue duro, es primera vez que paso por una situación así, pero le di la cara y desde el día uno me dije: ¿qué tengo que hacer para convertirme en una mejor mamá?, nunca me cuestione”. Agregó que el niño “sigue aprendiendo como le gusta. Siempre con una enorme sonrisa. Pienso en todos los ‘no’ y los imposibles que atravesamos y no puedo creer todo lo que hemos logrado”.