¿Qué son los falsos prestamistas y cómo operan?
Aprovechando la necesidad del solicitante, el falso prestamista ofrece otorgar un crédito que en realidad no se va a desembolsar, para apropiarse de sus recursos mediante el cobro de sumas de dinero que se le exigen como requisito previo al desembolso, con argumentos como pago de seguros y estudios de crédito, etc.
Una de las características de estos falsos prestamistas es que le aseguran prestarle dinero, aunque el solicitante esté reportado negativamente en las centrales de información (Central de Riesgos).
Pueden asegurar que no se necesita codeudor, avalista, hipoteca u otra garantía para obtener el crédito. No cuentan con una sede física real. Generalmente contactan de manera virtual. Los datos de domicilio que anuncian siempre han resultado falsos. Siempre aprueban el monto solicitado y exigen que deposite o pague una suma como garantía. Pueden pedir dinero más de una vez por diversos conceptos y que, en caso de no hacerlo, pueden perder la suma inicial entregada.
Promocionan sus servicios en sitios públicos con gran afluencia de personas mediante la distribución de volantes.
Además, solicitan enviar prueba de ingresos, firma de pagarés, fotocopia de cédula u otros, para dar la impresión de seguridad de que se analiza al solicitante como sujeto de crédito.
Se anuncian falsamente como entidades vigiladas por la Superfinanciera en sus avisos o en la documentación que entregan a los clientes. También justifican la sumas cobradas argumentando que son requisitos exigidos por la Superfinanciera.