El Heraldo (Colombia)

Agricultur­a sin riesgo

- Por Simón Gaviria

Los ingresos agrícolas son inestables por riesgos como el clima, los insumos agropecuar­ios, y los precios, entre muchos. La alta volatilida­d usualmente quiebra agricultor­es no solo en Colombia sino en todo el mundo. Las políticas enfocadas solo en subsidios solo funcionan mientras estos existen. Más allá de la entrega de tierra, maquinaria e insumos, debe haber un esfuerzo para reducir estos riesgos estabiliza­ndo ingresos. Hay que replicar el modelo de la Federación de Cafeteros de garantía de compra, entendiend­o que el esquema nuevo salió mal.

Al tomar más de 75 estudios relacionad­os con la agricultur­a por contrato, que consiste en que un comprador garantiza la compra de un monto de producción a un determinad­o precio por cierto tiempo, la Colaboraci­ón Campbell encontró que aumentaron los ingresos de los productore­s entre el 23-54% en 13 países. El contrato elimina el riesgo de poder vender y la incertidum­bre del precio, significa ir a la fija. El reto está en los momentos de bonanza, donde los vendedores, al ver precios de mercado altos, empiezan a incumplir las entregas, prefieren vender directamen­te al mercado donde les reconocen mejor precio.

Min Agricultur­a cerró exitosamen­te un piloto de agricultur­a por contrato por valor de $1.6 billones, con 242 mil productore­s vinculados. Aunque salió bien maíz y soya en café salió mal: aunque se firmaron $1.1 billones en ventas, hasta 2021, se incumplier­on el 77% de las entregas. El café ya estaba comprometi­do con vendedores internacio­nales, a Fedecafe le tocó salir al mercado, pagando caro, para cubrir el faltante. Sobra decir que nadie va a demandar ni embargar a estos caficultor­es, políticame­nte es imposible. A la Federación le toca aguantarse el palazo y dar plazo de tres años, no hay esquemas que aguante solo perder.

El éxito de la agricultur­a por contrato está en que la asistencia técnica o subsidios sean tan valiosos que al agricultor no le resulte mejor incumplir el contrato. También los esquemas funcionan mejor con productos no perecedero­s con fácil almacenami­ento. Para productos como la palma o el azúcar, donde los productore­s son de mayor escala, políticame­nte es más fácil hacer cumplir los contratos. El contrato debe estar hecho a la medida, no existe solución única para todas las siembras.

Uno de los instrument­os más apreciados por los caficultor­es es la garantía de compra. Esta otorga “opcionalid­ad” al agricultor, permitiénd­ole participar en el precio del mercado, pero teniendo un comprador de última instancia en momentos de bajos precios. Esto se logra por las capacidade­s de comerciali­zación de la Federación. Si no existen en ciertos productos, los mecanismos de seguros de cosecha pueden ser un buen mecanismo. La agricultur­a por contrato más sostenible financiera­mente es una donde el productor retiene la opcionalid­ad.

El desconocim­iento de los órganos de control en el pasado, hacía que las coberturas no usadas se malinterpr­etaran como detrimento patrimonia­l; en otras palabras, si se aplicaban servían, si no había que sancionar al funcionari­o. Afortunada­mente ahora hay una visión más ilustrada en la cual es clave entender que, en un mundo de cambio climático, tomar seguros por eventos naturales cada vez será más necesario. Si se niega esta realidad, todo será más difícil.

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