El océano y el planeta
El océano elimina aproximadamente una cuarta parte del dióxido de carbono producido cada año por la actividad humana; se están estudiando métodos innovadores para impulsar aún más la captura de carbono, y los riesgos que estos podrían conllevar.
Al cubrir el 70 % de la superficie de la Tierra, el océano ya actúa como un gigantesco sumidero de carbono, eliminando aproximadamente una cuarta parte del dióxido de carbono producido cada año por la actividad humana, según estiman los científicos. El carbono atmosférico se absorbe a través de la mezcla física de aire y agua en la superficie y con reacciones químicas en el fondo a través de la fotosíntesis del plancton marino. Una vez que el carbono entra en el océano, puede quedar atrapado en las profundidades marinas durante cientos o miles de años, según varias investigaciones.
Los expertos afirman que, para evitar los efectos más peligrosos del cambio climático, adoptar energías renovables, conducir vehículos eléctricos y transformar la manufactura industrial hacia la sostenibilidad, no será suficiente. Para cumplir los objetivos climáticos internacionales, también es necesario eliminar 10 gigatoneladas de CO2 atmosférico cada año de aquí a 2050. Algunas estrategias ya están en marcha, como las tecnologías destinadas a absorber el dióxido de carbono directamente del aire, técnicas agrícolas para almacenar carbono en los suelos y cambios en la gestión de los bosques. Ahora, se está estudiando cómo el océano podría absorber más carbono, y cuáles serían los beneficios y los riesgos de tal esfuerzo. Entre las ideas para la eliminación de carbono con el océano se incluyen añadir nutrientes como el nitrógeno, el hierro o el fósforo para fomentar la producción de fitoplancton marino y potenciar la captación de CO2 mediante la fotosíntesis, algo que ya se ha hecho varias veces a pequeña escala. Otras propuestas consisten en construir enormes granjas de algas y restaurar los ecosistemas costeros y oceánicos para promover la absorción de carbono por parte de la biodiversidad marina.
Todavía está por ver si estas técnicas pueden ser eficaces y seguras, especialmente a gran escala. Por ejemplo, un exceso de algas en descomposición al fondo del océano podría causar "zonas muertas" de agua con poco oxígeno que podrían dañar la biodiversidad marina, mientras que un exceso de algas flotantes podría privar la capa superior del océano de nutrientes esenciales que abastecen a otros organismos marinos.
La eliminación del carbono a través del océano necesita más investigación, así como un modelo económico sostenible. La intervención en los océanos como método para reducir el carbono en la atmósfera indudablemente encontrará obstáculos en ser aceptada por el público general. Aun así, es una opción importante a tener en cuenta, ya que sabemos qué cómo frenar las emisiones, pero en lo que concierne a la eliminación de las mismas, tenemos pocas alternativas.