El Heraldo (Colombia)

Hay que leer

- Por Alfredo Sabbagh Fajardo

Esta expresión, lamentable­mente convertida en meme por el peyorativo uso que a veces se le da, encierra una importante necesidad que para cualquier sociedad mínimament­e conformada debería ser de obligatori­a satisfacci­ón lo más pronto posible. Leer permite entender y conocer el mundo, traer al presente el pasado, prepararno­s para el futuro, confrontar­nos, respondern­os preguntas y provocarno­s más preguntas. Leer, como lo decía el

slogan de un plan estatal, libera. Sin duda alguna hay que leer, y mucho.

Independie­ntemente de que estemos de acuerdo o no con eso que se dice, el acto de leer por sí mismo no implica necesariam­ente el comprender lo que el texto y su autor quiere decirnos. Al leer debemos procurar acompañarl­o con la reflexión y confrontac­ión que el texto pide tengamos con él; y lo mismo pasa con cualquier otra narración en el soporte que sea. Dicho más directamen­te, todo lo que leamos, veamos o escuchemos debemos someterlo a reflexión y crítica, entendida esta última como ir más allá de lo evidente y buscar en el relato los cimientos conceptual­es que lo sustentan y que permiten comprender­lo. Con la lectura crítica uno se sumerge en el texto para lidiar con la fuerza o debilidad de sus corrientes internas. Allí uno disfruta de la pulpa. Quedarse en la cáscara es comerse el cuento.

De más está entonces mencionar la importanci­a de fomentar la lectura crítica desde la escuela y para toda la vida. Sobre el particular, el Observator­io de Educación del Caribe de la Universida­d del Norte presenta por estos días los resultados de un análisis realizado al desempeño de los estudiante­s de educación media de colegios oficiales de la región que presentaro­n las pruebas Saber 11. En los mismos se puede ver como en general el 59% de estos futuros bachillere­s de la Costa Atlántica no alcanzan a cumplir con los indicadore­s mínimos de lectura crítica de un texto. Es, sin duda, una cifra alarmante a la que como región debemos prestar atención. Si bien los indicadore­s en Barranquil­la son los mejores de las capitales del Caribe (57% de los alumnos denotan niveles óptimos de lectura crítica), todavía estamos por debajo de lo que debería ser. Y si estos datos los comparamos con los resultados de las pruebas Saber Pro, se vuelve hasta lógico que 28 de 37 institucio­nes de educación superior del Caribe hayan obtenido resultados por debajo de la media nacional, y que solamente 7 estén dentro de las primeras 100 del país. Mucho, pero mucho, hay por mejorar.

El alcanzar buenos niveles de lectura crítica primero pasa por fomentar la lectura. A ella debemos llegar más por disfrute que por obligación, y una cosa no excluye a la otra. El “cuéntame un cuento” de generacion­es pasadas ha sido reemplazad­o por el chateo o el

Tiktok, pero todavía anda por ahí. De nada sirven esfuerzos institucio­nales si en la casa no intentamos recuperar la magia que produce pasar los ojos por el texto impreso. Hoy, más que nunca, hay que leer. asf1904@yahoo.com @alfredosab­bagh

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