La pobreza de la Costa
Permanentemente la opinión pública principalmente, la oficial de los gobiernos de turno y quienes trabajan en estadísticas demuestran, mencionan, analizan, que la Costa Caribe tiene los más bajos índices de atraso, de progreso, de miseria en muchos sectores, de subdesarrollo exagerado en otros y que, en fin, somos una de la regiones del país más marginadas y olvidadas. Inmediatamente señalan culpables: Los clanes políticos que según ellos, allá en el interior, se roban hasta las sombras. Si, es la región Caribe que pintan, que muestran, que acomodan al argumento de turno. Caribe cómo debe decirse y no Atlántica, según lo corrige permanentemente nuestro gran amigo Gustavo Bell con razón.
Quizás allá en el interior del país tengan algo de razón. Porque si de corrupción se tiene que hablar allá son los campeones. Si es por robos específicos se llevan todos los trofeos y si se señalan las trampas de toda naturaleza en lo político todos los galardones se los ganan. Pero aquí, en estos rincones del mar Caribe también tenemos lo nuestro en materia de sinvergüenzura. Y de atraso. Y de lentitud, y de corrupción administrativas, somos tierra de gobernantes casi siempre ineptos que llegan a llenarse los bolsillos. Varios de nuestros Departamentos siguen hoy en la penuria, con desarrollos infantiles porque a través de los años los recursos económicos y administrativos se esfumaron. El Departamento del Atlántico desde hace más o menos quince años cambió su caminar, su visión de progreso y dejó atrás el aburrimiento y el deterioro. Eduardo Verano dos veces, José Antonio Segebre y ahora la doctora Elsa Noguera demostraron y demuestran hoy día que sí se puede y que este Departamento avanza con éxito hacia un futuro moderno y promisorio.
Es cierto que hay dos razones trascendentales que han demostrado intentar detener a todos los costeños en nuestro avance gubernamental. Esa corrupción que ya mencionamos está enquistada como lacra pestilente en el ADN de la política costera y el centralismo administrativo que tanto daño nos hizo y no hemos podido deshacer todavía a pesar de los intentos que se ha hecho desde nuestras tierras para desterrarlo. En el año 2012 Verano De la Rosa promovió un plebiscito al respecto y salimos airosos pero los gobiernos centrales cerraron las puertas inmediatamente.
Hemos podido avanzar, pero poco. Falta mucho. ese centralismo se refleja en inversiones, en presupuestos, en proyectos, en una mirada más allá del futuro. El gobierno de Santos en ese sentido fue fatal en los dos períodos frenando lo que ya estaba por nacer. La carretera Barranquilla – Ciénaga en un vivo ejemplo latente y gráfico.
Entre el centralismo y la corrupción que arrasa con lo que se ponga por delante está la respuesta del por qué de la pobreza en la Costa Caribe. Desde nuestra orilla pensamos que llegó el momento de que la bancada costeña en el nuevo Congreso pueda darle la vuelta a esta situación y se conforme como una fuerza sólidamente unifuncional en la defensa de nuestros intereses regionales. Sin distingos, sin preferencias, toda la bancada costeña con quien salga elegido Presidente debe formar un frente de lucha y hacerse sentir. Hemos tenido últimamente buenos parlamentarios en este aspecto. Necesitamos que se sumen más y que objetivicen los propósitos con avanzadas reales de ejecución. Esperamos igualmente que el gobierno que se posesione el siete de agosto le entregue a esta región algunos ministerios importantes.