El Heraldo (Colombia)

La ‘comandante’ de Borré

Lágrimas de felicidad invadieron el rostro Deisy Maury, la madre del goleador barranquil­lero Rafael Santos Borré, quien se coronó campeón de la Liga de Europa con el Eintracht de Fran furt.

- Por Rafael Castillo Vizcaíno Twitter: @rajocavi

Todavía está emocionada y con las lágrimas a flor de piel. Deisy del Carmen Maury García, madre de Rafael Santos Borré, no ha parado de reírse, erizarse y llorar en medio de la felicidad por la gloria de su hijo, que el martes anterior condujo al Eintracht Frankfurt hacia el título de la Liga de Europa.

Ese Rafa, que salió de su vientre y que ella acompañaba de cancha en cancha durante cada fin de semana en Barranquil­la, anotó el gol del empate 1-1 durante 120 minutos y selló la histórica victoria en la final ante Rangers con una ejecución perfecta en la definición por tiros desde el punto penal.

“Estoy muy emotiva, llena de satisfacci­ón. Siento una felicidad enorme. Todo esto es indescript­ible, no puedo describir lo que viví… es maravillos­o. Estaré eternament­e agradecida con Dios”, comentó Deisy del Carmen, en diálogo con EL HERALDO.

El partido se lo vio en la sala de su casa en Barranquil­la, junto a Alejandra, de 13 años, la hermana menor de Rafael Santos Borré. Las dos gritaron, vibraron, gozaron y lloraron.

“Me lo vi al lado de mi hijita, que es con quien vivo y comparto. Yo trataba de controlarm­e, no tanto con los gritos, con el llanto sí, eso era llanto, llanto y llanto. El llanto se apoderó de mí como el Espíritu Santo”, cuenta la progenitor­a del goleador.

Para ella el momento más dichoso no fue el penalti que sentenció el éxito del conjunto alemán. “El gol de Rafa para igualar 1-1 sí. Cuando estalló ese estadio, ¡por Dios!, es indescript­ible ver la alegría que provocó mi hijo en tantos corazones”.

Deisy no es de esas madres de futbolista­s que se ponen tan nerviosas que hasta se quitan de la pantalla del televisor o se tapan los ojos con las manos en una tribuna de un estadio. “Yo me vi el partido completo. Se trató de dañar la imagen al alzarle el volumen y ahí sí me desesperé. Era en un momento decisivo”.

NOSTALGIA. Mientras Borré celebraba entusiasta, cubierto de la cintura para abajo con la bandera de Colombia, su mamá elevaba oraciones de agradecimi­ento y recordaba con algo de nostalgia aquellos días en que estaba totalmente apasionada con el proceso formativo de su retoño. Hasta el punto que a veces invadía los terrenos del entrenador.

“El profesor Henry Perlata Valentierr­a te puede decir. Yo casi que le quería quitar la dirección técnica del equipo a él (carcajadas). Él era el técnico de Neogranadi­nos (donde jugó Borré antes de que Agustín Garizábalo se lo llevara al Deportivo Cali)”.

“Yo le gritaba que hiciera tales cambios, mira eso, dile a tal niño que ponga el pase, baja a aquel, ojo con eso, situacione­s así. Rafa me miraba y se sonreía, a veces se estresaba. Yo animaba mucho a mi hijo en las canchas. Todo ese proceso fue muy bonito”, agregó.

Guarda pocas fotos de esas épocas. “Yo simplement­e agarraba la vuvuzela y las tapas de la cocina para animar, no llevaba celular de alta gama ni nada (risas)”.

Deisy no era la única que estaba enfocada en lo deportivo. Su vástago se encontraba mucho más consciente y centrado en sus objetivos. Ella cree que es algo que vino en su ADN y se lo admira tanto que le pide al periodista de EL HERALDO, con su espontanei­dad y desparpajo: “Recálcalo en mayúsculas”…

“Su responsabi­lidad para afrontar las situacione­s en todos los aspectos me la demostró desde pequeñito”, asegura la orgullosa mamá, quien refuerza su afirmación con una anécdota: “Mi niño tenía dos añitos, apenas caminaba y estaba empezando a hablar. Cuando conducía una motico plástica, el mantel de la mesa del comedor se le quedó enganchado en el cacho de la moto, y se ha llevado una frutera decorativa que tenía yo en la mesa. Esa frutera cayó por allá, ¡bang! Explotó. Yo me quedo viendo la cara del papá (Ismael Borré Aguilera) que estaba atendiendo la visita de un compañero de trabajo. Nos miramos todos. A mí me dio esa neura propia de las mamás al ver que el niño hizo un daño. Él apenas tenía uso de razón y se bajó de la motico, la lanzó por allá, se vino caminando hacia mí, me puso sus manitos y me dijo: mamá, pégame”.

“¿No crees que eso desarma a cualquiera?”, pregunta Deisy un poco conmovida.

LA VIDEOLLAMA­DA. El mismo martes, después de besar la gloria, Borré y su madre no se pudieron comunicar. “Tiene que estar afónico de tanto que ha gritado. Lo comprendo, está en sus festejos, con el cambio de horario, con el acoso de la prensa, seguro me llama ahorita”, le expresó a EL HERALDO, ayer al filo del mediodía.

Dicho y hecho, media hora después de la entrevista con este diario, Deisy recibió la ansiada llamada. Borré, en plena caravana triunfal en Frankfurt, en un carro descapotad­o, se comunicó con su querida madre.

“¡Acabo de hablar con él!”, revela Deisy en una nueva charla con EL HERALDO. “Está en la celebració­n en Alemania. Está con los latinos. Nada más se escucha: “¡Colombia! ¡Colombia! ¡Colombia!”.

La alegría que se ha tatuado en el rostro de Borré es puramente futbolísti­ca. “No toma alcohol, es demasiado disciplina­do”, afirma su madre.

“Una vez que vino de Cali, estaba ese calor de Barranquil­la llegando a los 40 grados, y yo me estaba refrescand­o con una cerveza. Se la ofrecí y me dijo: no, mami, yo no puedo tomar eso. Solo tenía 17 años en ese entonces. Estaba enfocado en lo que quería. Y ahora es más maduro. Es un deportista de alto rendimient­o que se ha cuidado mucho. Yo me le quito el sombrero. Tiene claro qué es bueno y qué no. Eso es lo que me gusta de él”.

JUNIORISTA. Aunque ‘el Comandante’ se terminó de formar en el Cali y ahí debutó profesiona­lmente, sus afectos hacia Junior están intactos, según su madre.

“Una vez me encontré con unos directivos de Junior en la Clínica General de la Costa, cuando jugaba una final con Cali. Ellos iban hablando de fútbol. Yo, que soy frentera, me presenté y les dije: soy la mamá de Rafael Santos Borré, el que les va a hacer el gol. Ese muchacho no está en Junior porque ustedes no le abrieron las puertas”, rememora.

“Todo se da en el tiempo de Dios. Estaba escrito que tenía que jugar en el Cali”, añadió Deisy, que, de todas formas, se declara juniorista como su hijo.

“Por supuesto, soy hincha de Junior como también lo es él, eso quiero que le quede claro a la hinchada. Mi hijo está muy pendiente de Junior, y sus triunfos siempre lo han hecho muy feliz como buen barranquil­lero que es”, dice sin titubeos.

“¡Claro! Iba al estadio a ver a su equipo amado. Los tíos lo llevaban al estadio a ver a Junior, claro que sí”, ratificó.

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Santos Borré levanta el trofeo de campeón de la Liga de Europa durante las celebracio­nes en Frankfurt.
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Una captura a la videollama­da que le hizo su hijo.
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Deisy Maury con Rafael y Alejandra, dos de sus hijos.

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