A desaparecer el suicidio
En el Caribe somos claramente suicidas. Miren la votación: En La Guajira, en Albania, donde hace años Cerrejón genera regalías riqueza y empleo, Petro obtuvo el 72 % de los votos; En Hatonuevo igual, obtuvo el 71 %; en Barranca, la tierra del gran Lucho Díaz, el candidato Petro obtuvo el 67 % de los votos. Pasemos a Cesar: El Paso, donde queda la mina El Hatillo, el único y mayor generador de empleo local y regalías, Petro obtuvo el 68 % de los votos; en La Jagua, el 61 %. Pasemos a Córdoba, donde en Montelíbano, sede de Cerromatoso, la más importante mina de níquel, Petro obtuvo el 72 % de los votos. En Cartagena, sede de la refinería más grande del país y principal generador de empleo y regalías, obtuvo el 56 %. La cosa no tendría nada de particular si no fuera porque la bandera más ondeada por Petro fue acabar de un tajo con la minería a la que por todas partes ha calificado como irreparablemente dañina. Pero en todos los municipios mineros del Caribe lo hubieran elegido en primera vuelta.
En estas elecciones demostramos una irremediable vocación suicida, patear nuestra propia lonchera. Nos quejamos del centralismo, que los cachacos, que las inversiones, nos quejamos pero nuestro principal enemigo somos nosotros mismos. Fíjense la lánguida votación de Álex en las coaliciones, y ahora votamos por acabar nuestras fuentes de recursos, mientras que en Meta, Boyacá, Casanare y Arauca, todos departamentos petroleros, a Petro lo barrieron. ¿Qué nos pasa? ¿Rebeldía? ¿Estupidez? Preguntas para los sociólogos.
Un consuelo: no somos los únicos. Más del 50 % de los bogotanos votó por el peor alcalde que han tenido. Y el 40 % de los votantes sufragó por quien prometió el caos institucional, eliminar el Esmad, las pensiones y muchas otras estupideces. Dizque la gente quiere cambio, pero no lo buscó: Pese a la amenaza, la abstención solo bajó al 55 %, y casi 18 millones se abstuvo.
Empero, Rodolfo significa cambio, y para bien. La gente se aburrió de las pugnas, no quiere saber más de partidos, y por ello el apoyo a Fico de liberales, conservadores, y demás, en vez de asegurarle un triunfo, lo que produjo fue rechazo. Se pensó en principio que se trataba de un antiuribismo impulsado por los mamertos, pero no, se mamaron de Uribe, de Santos, de Samper, de Duque y lo que representan. Se mamaron también de Petro y su camarilla, llegó a un techo, no subió, pues sus áulicos tampoco interpretaron las señales y continuaron con los odios. Petro le bajó el volumen, pero era tarde, se estancó, él no significa cambio sino desastre por años anunciado y rechazado, y entonces la gente se inclinó por Rodolfo, diferente, libre de polvo y paja, sin ninguna cercanía a los mismos con las mismas. Un verdadero cambio.
Políticos y gobernantes tienen que hacer un alto, un propósito de enmienda, y ubicarse en el país real, para que desaparezca el suicidio, pero no los partidos.
Coletilla: Toca reconocer que Vega se sobrepuso a dudas y sospechas, que el debate y los conteos fueron claros y rápidos. Buena cosa.