Recordando al Maestro Biava
En este mes de junio se cumplen 50 años en la capital de Atlántico del fallecimiento del maestro italiano Pedro Biava, quien en 1926 muy joven, cuando apenas contaba 24 años, decidió venir desde Roma, a estas tierras y radicarse definitivamente en la ciudad, para comenzar una labor musical que se manifestó con la fundación de la Orquesta Filarmónica de Barranquilla. Esa permanencia se solidificó al haber contraído matrimonio con Mercedes Sosa, la única hija de un maestro boyacense de una gran trayectoria musical que desde hacía muchos años se había establecido en La Arenosa.
Biava como clarinetista y compositor venía de la Scala de Milán y de la Academia de Santa Cecilia y había escrito el pasillo ‘Alma de Colombia’ grabado por la orquesta argentina de Eduardo Armani (Odeón NCO-70353 y Odeón T-100262); ese mismo pasillo también lo llevó al disco el maestro Juanito López con su orquesta y con el título de ‘Lilia’ (RCA Victor 90-0049 B), y finalmente con el nombre de ‘Tunja’ por la Estudiantina Barranquilla (Tropical 5941-Bar 1031).
Otras composiciones de Biava fueron los pasillos ‘Eres mi único amor’ y ‘Merceditas’, dedicado a su esposa, con quien tuvo hijos varones barranquilleros, haciendo honor a la gloria musical de su padre. Uno de ellos, Luis, llegó a ser primer violinista y director de la Orquesta Filarmónica de Filadelfia.
Detrás de Biava surgieron una serie de destacados maestros musicales que fueron sus discípulos Pacho Galán, Antonio María Peñaloza, Ángel María Camacho y Cano, Cipriano Guerrero Basanta y otros, quienes recibieron sus respectivas disciplinas en el campo de instrumentos de viento.
Hoy, el Conservatorio de la ciudad lleva su nombre a la vez que se le exhibe en un busto como justo homenaje a su labor emprendedora que recordamos en este Cincuentenario de su fallecimiento. José Portaccio Fontalvo