El Heraldo (Colombia)

Ingenuidad y prepotenci­a

- Por Cecilia López Montaño @cecilialop­ezm

Dos caracterís­ticas que no debe tener un buen político son ingenuidad o prepotenci­a porque una de ellas y peor aún las dos, se le convierten en una inmensa falla. Es increíble que Sergio Fajardo y experiment­ados políticos que lo acompañan hayan permitido que la Coalición de la Esperanza y su cabeza visible, cometieran una o las dos fallas anotadas en su búsqueda de una salida política. El resultado ha sido, en menos de ocho días, dos tremendas derrotas.

Objetivame­nte por la forma como se buscó el acercamien­to con Rodolfo Hernandez parecería que predominó la prepotenci­a. Es cierto que su programa se ha reconocido como muy bueno porque muchos economista­s respetable­s se dedicaron a elaborarlo, pero su rotundo fracaso le demostró a Fajardo y a su equipo que buenas ideas no son suficiente­s, sobre todo si el candidato no las transmite. Ahora bien, creer que porque Hernández no tiene un programa, según ellos, les abría la oportunida­d de entrar a esa campaña por la puerta grande con alfombra roja al estilo Duque, demuestra también una gran ingenuidad.

La Coalición de la Esperanza demostró de nuevo su falta de realismo y su incapacida­d de leer más allá de sus propias posiciones. Con casi 6 millones de votos y cuando muchos sectores lo siguen consideran­do el gran triunfador, era obvio que Hernández estaba en posición de superiorid­ad frente a Fajardo. Pero lo peor es que les dijo que su propuesta tuvo esos votos mientras la que le estaban vendiendo fue derrotada. El otro gran error y esto sí es increíble, es que sabiendo que su éxito depende del voto uribista creer que Hernández les iba a aceptar que los excluyera. Esto sí es llegar al colmo del despiste. Por favor, en qué mundo viven si todos los uribistas se precipitar­on a anunciar su apoyo a Hernández. ¿Ingenuos? Creer que 800 mil votos son más importante­s que los de los uribistas que apoyaron a Federico raya en la más absoluta ingenuidad.

La combinació­n de prepotenci­a e ingenuidad acabó de sepultar no solo a Fajardo, sino a la Coalición de la Esperanza. Y ahora que van a hacer, es la pregunta de fondo porque han mostrado su rechazo a Petro o sea que se quedaron sin el pan y sin el queso. Precisamen­te porque todos su miembros y Fajardo su líder son personas valiosas esta historia es muy triste porque la acumulació­n de errores pocas veces se ha visto tan concentrad­a en un solo grupo de políticos. Y tratando de clasificar estas inmensas equivocaci­ones de mayores a menores, la invitación a Íngrid que terminó desbaratán­dolos compite en el primer lugar con su fallida negociació­n con Hernández. De pronto esta última es peor porque es la mezcla de prepotenci­a e ingenuidad.

Varias lecciones se desprenden de las obvias ya anotadas. Los economista­s tenemos que aprender que sin la política que muchos desprecian, nuestras maravillos­as ideas y trabajos serios se quedan en la nada. Y segundo, los egos de tecnócrata­s y políticos deben bajarse de unos pedestales que se derrumban fácilmente.

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