Rayo caído
El resultado indujo la creencia de que Petro estaba revestido de varias capas de teflón plus, pues no lo afectó nada. Se decía que el mayor enemigo de la campaña petrista era el propio Petro con sus propuestas de suspender la exploración de petróleo, acabar con la minería, echar mano de los fondos privados de pensiones, desarticular el Esmad, y muchas otras por el estilo que evidentemente producirían graves afectaciones. Para rematar surge lo de la visita a los presos, que se aseguró fue para ofrecer protegerlos de la extradición y revisar sus condenas a cambio de votos; finalmente lo atroz de los denominados “Petrovideos” y la amenaza de la tal “primera línea” dispuesta a ejecutar su ya experta actividad de bloqueos y vandalismo. Todo indicaba que por cada movida del petrismo peor le iría en las elecciones. Pero no. El teflón plus lo protegió, no perdió adeptos y, al revés, obtuvo la mayoría.
Claro que el ingeniero no pudo hacerlo peor, se embriagó con su inesperado resultado y le cayó una incontinencia verbal que no hizo sino crearle enemigos, incurrió en el error de Fajardo en el debate anterior, se ensoberbeció y creyó ser el dueño absoluto de todos los votos, olvidó que la política se hace sumando y, en su embriaguez, se sintió presidente, hasta anunció gabinete, y agredió a quienes por definición eran los llamados a sumarle votos, que una cosa era convocar feliz a todos los que quedaron rezagados para que le dieran su apoyo sin que mediaran arreglos o componendas, y otra muy distinta era rechazarlos con cajas destempladas. No tuvo o no escuchó a asesores ni consejeros y, consecuencialmente, muchos no llegaron, algunos hasta con Petro se matricularon, otros promovieron el voto en blanco, se quedó solo, aunque es de destacar que pese a sus errores obtuvo un muy alto guarismo que no significó cosa distinta a un antipetrismo que sumó casi la mitad de la votación.
Independientemente de las muy numerosas quejas, las incongruencias de algunos guarismos y las cuantiosas pruebas que aparecieron denunciando un fraude, denuncias además alimentadas por la asesoría tramoyera de Santos y por la nula credibilidad de Vega, Indra y otras especies que mostraban oscuros antecedentes, ellas pudieran ser a causa de la ardidez, y la verdad es que nada que hacer, hoy es rayo caído, se puede imaginar el “estallido” que produciría una interventoría que arroje un conteo diferente al preconteo anunciado, ningún gobierno le jalaría a tal paso, así que tenemos a Petro como nuevo presidente.
El rayo cayó, hay que acatar el resultado, y adaptarse: Es la voz del pueblo. Aunque por la escasa diferencia no fue mandato claro, y así lo reconoció Petro en su discurso en el que se mostró conciliador, convocó a todos, incluidos Rodolfo y Uribe, a un “gran acuerdo nacional” y, en general, se propuso, y hasta lo consiguió, calmar las aguas, pese a que se reafirmó en algunas de sus propuestas, aunque maquilladas. Hay que deponer escepticismo y odios, y esperar y rezar para que su gobierno no sea del mismo tenor de su campaña.