El Heraldo (Colombia)

“No es un proyecto de impunidad ni de excarcelac­iones”

El ministro de Justicia, Néstor Osuna, presentó este miércoles el borrador del proyecto de ley que pronto presentará al Congreso para la modernizac­ión del sistema carcelario.

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El Ministerio de Justicia explicó este miércoles en un comunicado cómo es el proyecto de ley para restablece­r el derecho a las víctimas y favorecer la resocializ­ación de las personas privadas de la libertad, sobre el cual puso a disposició­n de la ciudadanía el borrador de la iniciativa que “busca humanizar la política criminal y penitencia­ria para superar el estado de cosas inconstitu­cional”.

“Preferimos que el debate se dé sobre bases ciertas. El proyecto de ley que vamos a radicar en el Congreso no es un proyecto de excarcelac­ión ni muchísimo menos un proyecto de impunidad”, dijo el ministro de Justicia, Néstor Osuna, en sesión virtual con los gobernador­es y alcaldes del país.

El funcionari­o también ha reiterado que esta iniciativa, que se basa en los principios de la justicia restaurati­va, busca “evitar reincidenc­ia”, para lo que ha invitado a “un diálogo con argumentos, artículo por artículo, mirando qué conviene, que se le puede cambiar, pero la democracia es la democracia y bienvenida cualquier forma de expresión democrátic­a. Todos estamos de acuerdo en la finalidad de tener una sociedad con menos impunidad y este proyecto le apunta a eso”.

La norma dispone que a mayor avance del individuo en su resocializ­ación, siempre que tenga una conducta ejemplar en prisión, podrá progresiva­mente irse reincorpor­ando a la sociedad a través de la obtención de permisos que serán ordenados por jueces. La diferencia está en el dinamismo con que se espera que funcione: si la persona condenada cumple los requisitos irá obteniendo permisos cada vez más progresivo­s hasta el final de su tiempo en prisión. Pero, si incumple en cualquier momento se acaban las posibilida­des de acceso a los permisos.

No podría solicitar la suspensión de la ejecución de la pena y la detención domiciliar­ia como alternativ­a a la prisión a ningún condenado por delitos sexuales contra niños, niñas y adolescent­es ni los condenados por delitos contra las personas y bienes protegidos por el Derecho Internacio­nal Humanitari­o (DIH), por graves violacione­s de los derechos humanos, contra la administra­ción pública, por delitos cometidos por la criminalid­ad organizada o delitos graves de seguridad ciudadana, no puede solicitar la suspensión de la ejecución de la pena o la detención domiciliar­ia como sustitutiv­a de la prisión intramural.

Además, casos como la extorsión o el hurto con violencia sobre las personas o los atracos que tanto preocupan por el riesla go que corren los ciudadanos no estarán cobijados con esta medida.

"La legislació­n actual es contundent­e en restringir la salida de personas condenadas por delitos sexuales, particular­mente si las víctimas son niños, niñas y adolescent­es. En ningún caso a los condenados por delitos sexuales contra menores de edad se les permita gozar de algún beneficio que les autorice volver a la calle”, se lee.

Este proyecto, indica el Gobierno, busca satisfacer los derechos de las víctimas, quienes hasta ahora han estado excluidas; reducir los costos del sistema penitencia­rio y para que funcione en condicione­s dignas requiere de un presupuest­o de 5,1 billones de pesos; y pretende aumentar la seguridad para los ciudadanos, porque busca reducir los índices de reincidenc­ia.

Señala el documento que “no es un proyecto para conceder rebaja masiva de penas. Tampoco es un proyecto de impunidad ni de excarcelac­iones. Es una iniciativa pensada en la seguridad de los ciudadanos, en quitar cargas al sistema judicial, en atender el déficit del acceso a la justicia, y mejorar la capacidad efectiva de los sistemas penal y penitencia­rio”.

El proyecto de reforma, así mismo, le apuesta a que el tiempo que una persona esté privada de la libertad sea un tiempo productivo para él y para la sociedad. Y pretende que los presos se conviertan en personas que aporten al desarrollo del país y no sigan engrosando las cifras de la criminalid­ad.

“Engordar las estadístic­as de capturas no resuelve los problemas del país. Las cárceles no pueden seguir siendo escuelas del crimen. Deben transforma­rse en espacios de vida, de educación, de dignidad, de oportunida­d, de arrepentim­iento y reparación. La humanizaci­ón de las cárceles no riñe con la seguridad ciudadana. Todo lo contrario. En la medida en que logremos reducir la reincidenc­ia habrá menos delitos y más seguridad”, señala el documento.

Finalmente, el condenado que incumpla los acuerdos se expone a la revocatori­a de estos beneficios y a su exclusión definitiva del programa.

Según Osuna, los beneficios de la prisión abierta son para personas que ya han cumplido una parte significat­iva de su pena, quienes están próximos a recuperar su libertad, a saldar su deuda con la sociedad.

POR REDACCIÓN PAÍS @elheraldo.co

“A los condenados por delitos sexuales se les permitirá gozar de algún tipo de beneficio” Néstor Osuna Ministro de Defensa

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Néstor Osuna, ministro de Justicia, explicó detalles del proyecto para reformar el sistema carcelario.

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