UN BUEN CAMBIO EN LA REGIÓN CARIBE, COLOMBIA Y EL MUNDO
¡Por n! apareció un cambio para mejorar. Porque ya nos estábamos acostumbrando a la cantaleta petrista del “cambio” que en efecto Petro promulgó y ya en la Presidencia llegó con la intención de cambiarlo todo y, ¡vaya si lo está haciendo! Sin embargo, tanto los cambios realizados como los presentados al Congreso y hasta los anunciados son, en contra de sentido común y tradición, cambios para empeorar las cosas, y no para mejorarlas.
Con gran desfachatez pondera los cambios destructores, como el de Ecopetrol cuando anunció suspender los nuevos contratos de exploración de petróleo y gas, que la nalidad es “decrecer” la empresa para importarlos desde Venezuela, cambio que condujo a la renuncia de su buen presidente, que preocupa su reemplazo, seguro alguien de la misma destructora doctrina.
Pretende invadir atribuciones del poder judicial y propuso cambiar el código penal y carcelario para dar libertad a los condenados delincuentes de la tal “primera línea”, y además propone que los presos puedan durante el día salir a “trabajar”, y por la noche retornar a sus celdas. Hasta el Metro de Bogotá quiere cambiar. Ni hablar de la salud, algo que funciona bien y, aunque por supuesto puede ser mejorado adicionándole algo para ampliar la cobertura en asentamientos rurales y veredas, pero nunca cambiar lo que hay. Y menos destruirlo, o sea, lo quiere cambiar para mal,
En fin, el Gobierno ha cambiado Ejército y Policía destituyendo su cúpula con el consiguiente desestímulo y desorden en la línea de mando y problemas de protección ciudadana, y además ha presentado varios proyectos de horribles cambios con mensaje de urgencia para tramitar cuando comiencen las extraordinarias.
Menos mal por aquí somos los verracos pioneros en todo, y así surgió para Barranquilla, para la región Caribe y, claro, para Colombia y el mundo, el hasta ahora único cambio nacional para bien que, obvio, no se originó por acción gubernamental, sino por la feliz iniciativa de una dirigencia comprometida con la actualización y la modernización en aras de mantener la satisfacción y consecuente delización de su clientela.
Es que en su edición número 29593 del sábado 28 de enero ¡EL HERALDO cambió! No en su contenido ni loso ía editorial, sino que se comenzó el proceso de editarlo en tamaño tabloide europeo, con nuevo diseño, nueva diagramación y renovada presencia, fruto del esfuerzo de dirigentes, directivos, funcionarios, editores, periodistas, fotógrafos, diseñadores, columnistas y, en n, todos los intervinientes en el cambio. Buen viento y buena mar.
A todos los intervinientes en el cambio. Buen viento y buena mar”.