EL MUNDO FÍSICO DETRÁS DEL INTERNET (I)
El último reporte tecnológico trimestral de la prestigiosa revista The Economist, titulado Donde vive el internet, aborda un tema sobre el cual los internautas rara vez pensamos: todo lo que debe ocurrir técnica y sobre todo ísicamente para poder utilizar nuestros celulares y laptops donde consumimos abundantes datos viendo Net ix, escuchando Spotify o consultando a CHATGPT.
La primera revelación interesante del informe es que ni siquiera quienes desarrollaron el internet original pensaron que el sistema iba a poder soportar un crecimiento tan acelerado como el que se ha visto en las últimas décadas. El hecho que no se haya paralizado del todo en ningún momento en los últimos 40 años es un re ejo de la resiliencia que tiene un sistema con billones de computadores y routers, conectado por billones de kilómetros de cables.
Un segundo descubrimiento se relaciona con la manera –y los materiales– con que se almacena la información. Las instalaciones en Inglaterra que guardan los datos que resultan de los experimentos que se llevan a cabo en el famoso laboratorio de ísica CERN en Suiza –y también mucha de la data del internet– lo hacen a través de una cinta magnética barata, densa y fácil de mantener.
Pero no es por esta vía que podemos acceder a información rápida en nuestro iphone. Esos datos están en discos de memoria ash distribuidos en múltiples centros de datos, probablemente mucho más cercanos al celular que los está solicitando. Lo más sorprendente es que probablemente la foto que miramos no esté almacenada en su totalidad en un solo sitio, sino fragmentada en pedazos para asegurar su supervivencia aún si algún terremoto o huracán afecta a uno o varios de los data centers.
Una tercera re exión es en torno al aumento exponencial en el consumo de datos y su efecto en el consumo energético de estas infraestructuras, que en 2022 consumieron entre 1 2 % del consumo energético global, equivalente a un país del tamaño de Francia. Esto ha incentivado apuestas de Microsoft, Amazon, Google y Apple – hoy por hoy dueños de cables y data centers – por energías renovables desde la solar y eólica hasta la geotérmica y nuclear, todo mientras mantienen metas ambiciosas de reducción de emisiones aprovechando el uso de certi cados de energías renovables y tecnologías de remoción de carbono.
En una próxima columna continuaremos hablando de cómo la geopolítica afecta los límites ísicos del mundo digital y esto cómo impulsa alternativas de conectividad como los satélites de Starlink. Y también de la importancia de proteger todos estos datos que albergan nuestras vidas.