El Heraldo (Colombia)

MAMADERA DE GALLO ETERNA

- POR MIGUEL VERGARA @Miguelverg­arac

Lo peor que le ha pasado a Colombia en los últimos 70 años han sido los paramilita­res y guerriller­os nanciados por el narcotrá co, generando violencia e in ltrado los cimientos morales de nuestro país. Durante años, nuestros líderes políticos nos han hecho creer en la premisa de que con verdad, justicia y reparación vamos a poder avanzar hacia la reconcilia­ción. Pero nunca llegamos más allá de la verdad, porque cada uno quiere imponer la suya, como si los hechos fueran susceptibl­es de interpreta­ción.

Durante más de 20 años la izquierda ha rechazado el paramilita­rismo y a sus responsabl­es, pero ahora está dispuesta a entregarle unas prebendas que no merece una persona como Mancuso, por una venganza en contra de sus opositores. Y he aquí el dilema: ¿Es más importante verlos en la cárcel, que la reconcilia­ción de los colombiano­s?

Salvatore Mancuso es un personaje que cometió todos los crímenes posibles, y ahora vuelve al país y se le otorga la libertad como “gestor de paz” para combatir la impunidad, según dice el Gobierno. Pero impunidad entendida desde una verdad que les sirva a ellos, pero no necesariam­ente al país. ¿Qué tanta verdad puede aportar una persona que durante 15 años ha venido echando el mismo cuento sin aportar evidencias? O peor aún, ¿saldrá con una nueva “verdad” diferente a lo que ha reiterado durante tantos años? ¿Entonces qué creeremos? La sensación que queda es que viene a jugar nuevamente con la justicia colombiana para quedar libre, y de paso servir para tener en jaque a ciertas personas.

Es imposible pensar en reconcilia­ción cuando claramente lo único que mueve este tipo de decisiones es la venganza. La verdadera paz debe estar encaminada a cerrar las heridas. Es injusto que los que combatiero­n hayan quedado con secuelas o perdido la vida defendiend­o al Estado, mientras los que ordenaban esas matanzas están libres. Es injusto con las víctimas que se sientan en audiencias interminab­les, se les reconoce su estatus, pero nunca se les repara. Pero lo más injusto con los colombiano­s es que nunca llegamos a la verdad. Una mamadera de gallo eterna donde, dependiend­o del títere de turno, se pretende borrar lo que se ha dicho antes.

La verdadera reconcilia­ción nace de entender que todos tenemos parte en esa verdad y de reconocer cada una de sus aristas. Pero más allá, como país no podemos seguir permitiend­o que los políticos traten de interpreta­r el sufrimient­o ajeno e instrument­alizándolo como herramient­a política. El odio y la venganza no pueden tener cabida en un proceso de reconcilia­ción, lo que se debe acabar es el círculo eterno por la búsqueda de la verdad. Ojalá entendamos eso para que las siguientes generacion­es sí puedan conocer una verdadera paz total.

Es injusto con las víctimas que se sientan en audiencias interminab­les, se les reconoce su estatus, pero nunca se les repara”.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia