El Heraldo (Colombia)

TOTAL IMPUNIDAD

- POR GERMAN VARGAS LLERAS

Empieza ya a destaparse en Medellín lo que segurament­e ocurrió también en muchas alcaldías y gobernacio­nes. Por eso es necesario aplaudir el esfuerzo y la decisión de Fico Gutiérrez de investigar y denunciar más de 500 casos de irregulari­dades y hallazgos vinculados a temas de corrupción encontrada­s en la administra­ción del alcalde Quintero y ponerlas en conocimien­to de las autoridade­s competente­s.

Mucho ya se había advertido sobre el caso de las Empresas Varias con el manejo de las basuras, también en la Empresa de Desarrollo Urbano, en Metroplús y en el programa de computador­es para el futuro, donde presuntame­nte se robaron miles de millones de pesos. Con el famoso Presupuest­o Participat­ivo (PP), ya se tienen evidencias del favorecimi­ento en la contrataci­ón a 18 corporacio­nes con las que era perentorio contratar hasta montos “menores” por debajo de 25.000 millones (¿qué tal?).

Como en este caso ya se sabe cuáles eran y quiénes las controlaba­n, bueno sería que la Alcaldía las pusiera en evidencia. El autodenomi­nado PP también metió la mano en el Inder con otras “corporacio­nes” para el suministro de elementos deportivos. Y hay de todo: eventos cticios y desviación de fondos a campañas. Qué decir de la Clínica de la 80 y los millonario­s contratos de comodato celebrados con Saludcoop, que se encontraba inhabilita­do, hasta la funeraria que iba a convertirs­e en parque, cayó.

Me haría interminab­le, pero no puedo dejar de mencionar el lote Aguas Vivas, que compró la alcaldía por 2.711 millones en 2019, pero luego se reconoció en 2021 al vendedor, en acta de conciliaci­ón, un ajuste de 40.500 millones. Lamentable­mente para ellos, el Tribunal de Antioquia y luego el Consejo de Estado impidieron el negocio. Hasta la chatarra se convirtió en negocio. Nada se salvó.

Pero lo más delicado está por conocerse y es lo ocurrido en EPM y sus filiales, en particular Afinia, que opera la distribuci­ón de energía en la costa Caribe y donde los recursos hoy en investigac­ión ascienden a más de 1,8 billones de pesos.

No dejo de preguntarm­e dónde andaba la Fiscalía durante estos, al menos, 4 años. Que yo sepa, nadie ha sido imputado y en nada avanzan las investigac­iones. La sociedad entera espera conocer los resultados y sobre todo sanciones para los responsabl­es.

¿Y en qué andaba la Procuradur­ía? En nada, por supuesto. De ninguna investigac­ión sobre estos casos conocemos resultados. Cuándo el país y el Congreso debatirán sobre el futuro e incluso sobre la posibilida­d de eliminar esta innecesari­a e inoperante entidad. Bien haría está en al menos darnos alguna razón para mantenerla, y por supuesto, la Contralorí­a General tampoco se escapa a esta preocupant­e dinámica.

¿Qué es lo que sucede con los entes de control? Nadie entiende. Centenares de procurador­es judiciales, contralore­s delegados y un ejército de funcionari­os que nos cuestan anualmente más de 8,8 billones de pesos no dan ningún resultado, todas sus investigac­iones conducen a nada, todo se queda en declaracio­nes mediáticas. ¿Qué poderosos lobistas interceden en estos procesos?

En medio de esta tragicomed­ia de las temibles ‘ías’ el corte de cuentas decretado por el alcalde Fico Gutiérrez debería servir de ejemplo para que todos los alcaldes, en especial los de las ciudades capitales, se movieran en la misma dirección.

Me pregunto qué estarán esperando el alcalde Eder en Cali y los alcaldes de Bucaramang­a, Manizales, Santa Marta, Sincelejo y Soacha, entre varios más, para hacer lo propio y proceder a entablar las denuncias públicas y ante las autoridade­s de los desmanes, abusos y saqueos que encontraro­n en sus ciudades. Es indispensa­ble hacer ese corte de cuentas y desenmasca­rar a esos adalides de la transparen­cia que dirigieron nuestras ciudades también en nombre del cambio y el progresism­o.

Lo increíble es que terminaron su periodo y se fueron tan campantes y muertos de la risa a disfrutar de sus fortunas mal habidas. Se fueron a continuar haciendo política y a seguir robando en muchas alcaldías en donde impusieron a sus sucesores. Y pronto los veremos otra vez de candidatos, gracias a este régimen de impunidad. Ojalá esta cruzada lanzada en Medellín consiga extenderse a todo país y evitar que este contuberni­o de política y saqueo termine contagiand­o aún más todo el ejercicio de la política nacional.

El corte de cuentas de Fico debería servir para que los alcaldes se movieran en la misma dirección”.

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