LA MÁS URGENTE REFORMA
Más urgente que las proyectadas reformas a la legislación laboral y a las pensiones en el país es la Reforma a la Justicia, así con mayúsculas, al régimen imperante a los códigos, especialmente el penal, al Derecho Procesal desde las últimas modificaciones de comienzos del siglo y al proceso de selección de los jueces, lo transcendental. Sobre esto último, conceptuamos que no es porque los escogidos sean malos profesionales o ciudadanos impedidos por conductas indecorosas, sino porque estructuralmente no todos los seres humanos estamos capacitados para ser scales, jueces, magistrados. Es un tema de conceptualidad en donde se anticipan en su formación la genética, la educación. Forma de entender y comprender la ciencia de las leyes.
El retrato más vivo de los que hemos descrito atrevidamente ahora en forma muy sucinta es la sorpresa que la sociedad mantiene a diario cuando en los medios de información se anuncia y publica que delincuentes con diez o más delitos ya calificados anteriormente, al ser retenidos se encuentran libres en las calles. ¿Las razones? Pues se aprecian de diversa índole y talla, pero en el fondo lo que hay es insuficiencia en la estricta regla procesal sobre términos, vencimientos de estos, ligereza de interpretación de jueces y fiscales y errónea manera de “economía” de procesos que muchos jueces y tribunales defienden, pero que no es otra cosa que salir “lo más rápidamente” de este lío que se maneja.
Por otro lado, esa misma reforma que invocamos se relaciona con esta segunda fotogra ía: Excelente este año la labor de la policía en la investigación, inteligencia, destreza para detener una enorme cantidad de delincuentes escondidos o nuevamente activos. Formidable.
A diario la prensa nos muestra que son cientos cada mes encontrados y detenidos. La pregunta: ¿Dónde los van a meter, si al mismo tiempo nos muestran que las cárceles grandes y pequeñas en las unidades de policía son insuficientes, repletas con una superpoblación excesiva? Pero la respuesta no aparece. Pero sí aparece el despilfarro del Gobierno, la nefasta labor actual del ministro de Justicia calificada en todos los ámbitos como nula y la terquedad de no construir más centros carcelarios de urgente necesidad. He aquí pues dos aspectos que califican a la posible reforma a la justicia anunciada hace más de cinco años como superurgente, necesaria e imperativa.
La nefasta labor del ministro de justicia cali cada como nula y la terquedad de no construir más centros carcelarios ”.