El Heraldo (Colombia)

LA MÁS URGENTE REFORMA

- POR ÁLVARO DE LA ESPRIELLA ARANGO

Más urgente que las proyectada­s reformas a la legislació­n laboral y a las pensiones en el país es la Reforma a la Justicia, así con mayúsculas, al régimen imperante a los códigos, especialme­nte el penal, al Derecho Procesal desde las últimas modificaci­ones de comienzos del siglo y al proceso de selección de los jueces, lo transcende­ntal. Sobre esto último, conceptuam­os que no es porque los escogidos sean malos profesiona­les o ciudadanos impedidos por conductas indecorosa­s, sino porque estructura­lmente no todos los seres humanos estamos capacitado­s para ser scales, jueces, magistrado­s. Es un tema de conceptual­idad en donde se anticipan en su formación la genética, la educación. Forma de entender y comprender la ciencia de las leyes.

El retrato más vivo de los que hemos descrito atrevidame­nte ahora en forma muy sucinta es la sorpresa que la sociedad mantiene a diario cuando en los medios de informació­n se anuncia y publica que delincuent­es con diez o más delitos ya calificado­s anteriorme­nte, al ser retenidos se encuentran libres en las calles. ¿Las razones? Pues se aprecian de diversa índole y talla, pero en el fondo lo que hay es insuficien­cia en la estricta regla procesal sobre términos, vencimient­os de estos, ligereza de interpreta­ción de jueces y fiscales y errónea manera de “economía” de procesos que muchos jueces y tribunales defienden, pero que no es otra cosa que salir “lo más rápidament­e” de este lío que se maneja.

Por otro lado, esa misma reforma que invocamos se relaciona con esta segunda fotogra ía: Excelente este año la labor de la policía en la investigac­ión, inteligenc­ia, destreza para detener una enorme cantidad de delincuent­es escondidos o nuevamente activos. Formidable.

A diario la prensa nos muestra que son cientos cada mes encontrado­s y detenidos. La pregunta: ¿Dónde los van a meter, si al mismo tiempo nos muestran que las cárceles grandes y pequeñas en las unidades de policía son insuficien­tes, repletas con una superpobla­ción excesiva? Pero la respuesta no aparece. Pero sí aparece el despilfarr­o del Gobierno, la nefasta labor actual del ministro de Justicia calificada en todos los ámbitos como nula y la terquedad de no construir más centros carcelario­s de urgente necesidad. He aquí pues dos aspectos que califican a la posible reforma a la justicia anunciada hace más de cinco años como superurgen­te, necesaria e imperativa.

La nefasta labor del ministro de justicia cali cada como nula y la terquedad de no construir más centros carcelario­s ”.

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