URBANISMO INCLUYENTE PARA SUPERAR LA POBREZA
En Colombia nos hemos acostumbrado a que los sitios más privilegiados de las ciudades estén reservados para las personas con mayor capacidad económica y que aquellas de bajos ingresos estén condenadas a ubicarse en la periferia donde la tierra es menos costosa, desconectada del tejido urbano, sin redes de transporte, ni de servicios públicos de calidad, alejadas de los centros educativos, de salud, recreativos y productivos. Esa inequidad socioespacial se traduce en mayores tiempos de desplazamiento y menor ingreso disponible para los hogares más pobres.
Al situar viviendas de interés social en áreas privilegiadas se promueve el acceso equitativo a las oportunidades para los habitantes de la ciudad que típicamente no han podido disfrutarlas. Con una cancha más nivelada, estas familias podrán romper el ciclo de la pobreza, mejorar su calidad de vida y construir un futuro mejor para ellos y sus hijos.
Mejor aún, si esas viviendas están rodeadas y mezcladas con otras de mayor estrato socioeconómico ocurre un círculo virtuoso de movilidad social. La literatura sobre capital social encuentra que el mejor predictor de movilidad social para las personas de ingresos bajos son las conexiones con estratos socioeconómicos altos. En otras palabras, cuando un niño que nace en un hogar de bajos ingresos tiene amigos de hogares de altos ingresos es más probable que salga de la pobreza.
Por diseño, estamos condenados a que estos encuentros y amistades sean muy improbables en nuestras ciudades. Teniendo en cuenta esta realidad, en Grupo Argos decidimos hacer algo revolucionario y único en el país, al construir un barrio multiestrato con los mejores estándares de urbanismo, donde miles de familias podrán vivir al lado de nuestros anteriores desarrollos que tanta prosperidad le han traído a la ciudad.
Esas tierras que Grupo Argos ha desarrollado le han dejado a Barranquilla más de 2 millones de m2 de zonas verdes y espacio público y han atraído inversiones para más de mil habitaciones hoteleras, casi medio millón de m2 de comercio, otros 200 mil m2 de oficinas, 25 mil m2 de cajas de compensación, más de 100 camas hospitalarias y cada año acogen a más de 12 mil estudiantes de universidades y 1.500 de colegios.
Pensemos en las decenas de miles de empleos que se continuarán creando para hoteleros, comerciantes, personal de la salud, profesores y todos aquellos que ahora podrán construir este sueño en Ciudad Mallorquín. Nuestras ciudades solo serán verdaderamente prósperas cuando ofrezcan oportunidades para todos sus habitantes, independientemente de su origen socioeconómico.
Si esas viviendas están rodeadas y mezcladas con otras de mayorestrato socioeconómico, ocurre un círculo virtuoso de movilidad social”.
* Gerente del Negocio de Desarrollo Urbano de Grupo Argos