BAILAR EL INDIO, VALENCIANO, MAMOTRETO
¿ Bailar el indio, Valenciano, mamotreto ‘Bailar el indio’ es un costeñismo equivalente a ‘mamar gallo’ o a ‘caramelear’ o a darle vueltas a una cuestión, como cuando repetidamente alguien retarda el pago de una deuda o como cuando en otros tiempos un pretendiente aplazaba varias veces la fecha de la boda… De otra parte, documentos del siglo 15 en adelante aluden a danzas nativas en los territorios americanos recién descubiertos, muchas de ellas constituidas por un número de bailarines en círculo, que con movimientos y cantos ofrendaban e invocaban a los espíritus y refrendaban su pertenencia a la comunidad. En vista de que muchas personas que no eran indígenas desconocían el fundamento de esos bailes rituales y la razón por la que una y otra vez había giros en torno a una fogata, un poste, un tótem o un árbol, asociaron que darle muchas vueltas a un asunto sin concretar nada era como si indios danzantes dieran vueltas inútiles e interminables alrededor de cada uno de ellos, convertidos, figuradamente, en fogata, poste, tótem o árbol. Es decir, les estarían mamando gallo o bailando el indio.
Dicen que Dayro Moreno y Galván Rey son los máximos goleadores en Colombia, pero olvidan que Valenciano casi logró la misma cantidad de goles con menos partidos jugados… Juniorista, B/quilla
Los números no mienten, no pueden hacerlo. Según nota de prensa, Galván Rey consiguió 224 goles en 589 partidos, lo que da una frecuencia de un gol cada 2,63 partidos. Dayro Moreno lleva también 224 goles, pero logrados en 435 partidos, es decir, un gol cada 1,94 partidos. Valenciano anotó 217 goles en 370 partidos, esto es, un gol cada 1,71 partidos. Esta es la verdad incontrovertible: para casi alcanzar la misma cantidad de goles, Valenciano necesitó 219 partidos menos que Galván y, hasta ahora, 65 menos que Moreno. Esto traduce que por su mayor frecuencia anotadora, el barranquillero es, hasta hoy, el más grande goleador en la historia del fútbol colombiano.
Por su gran altura y corpulencia, a mi abuelo lo llamaban ‘Mamotreto’. Él decía que ese era un apodo para nombrar objetos… K. S. Ariza D. , Riohacha
‘Mamotreto’ viene de la creencia de que cuando las abuelas se encargan de la crianza de los niños son más permisivas ante su glotonería, lo que los hace gordinflones y grandes. Deriva del latín mammothreptus, y este del griego mammóthreptos, formado por mámme ‘abuela’ y threptós ‘criado’, es decir, ‘criado por la abuela’. Hoy, ‘mamotreto’ se usa más como sinónimo de ‘armatoste’ o cosa enorme de dudosa utilidad.
edavila437@gmail.com