main: Luis una vida llena de pincelazos y aventuras
El pintor barranquillero contó cómo ha logrado unir su profesión de pintor y su hobby de administrador para crear empresa alrededor del arte. Su pasión son los rostros femeninos.
Convencido de que nació para el arte, Luis Marín, el barranquillero que ha logrado unir su profesión de pintor y su hobby como administrador de empresas para crear industria a través del arte, se muestra ante todos con la celeridad de seguir llevando su talento al mundo.
Su discurso está basado en la resignificación de lo sensible y estético a partir del esfuerzo y la perseverancia. De hecho se considera una persona rigurosa que a diario está en búsqueda de la perfección.
Como a casi todos los prodigios de la pintura, Marín va por la vida con una ventaja que supone que se ha construido de manera autodidacta, y con la que enmarca la necesidad de permitirse sentir, algo que aprendió desde muy pequeño.
“Digamos que en mi casa no existía como una referencia específica hacia el arte, había un par de cuadros, pero nada fuera de lo normal, aunque sí recuerdo que siempre tuve algún tipo de inclinación al dibujo”.
Algunas réplicas de los dibujos animados podrían recordar su memoria como sus inicios. Sin embargo, su real exploración surgió cuando en el colegio empezó a explorar el Dibujo Técnico.
Un paso a la vez
En ese punto orientado a su interés particular por las matemáticas y la geometría se combinaron con el arte, permitiéndole ver un universo que posibilidad en el que todo conectaba.
“Tengo clarísimo que el Dibujo Técnico era un área de estudio que para muchos fue un sufrimiento, pero para mí no, me gusta el tema de seguir reglas y trabajar con secuencias, evidentemente porque para mí las matemáticas eran sencillas”.
Pese a todo el gusto que desarrolló Marín por este tema, salió del colegio y decidió estudiar Administración de Empresas, profesión que le permitiría tener la experticia necesaria para lo que la vida le tendría preparado.
“Al terminar la Administración de Empresas me olvidé del arte, o digamos que lo tenía ahí como en un segundo plano, tanto así que emprendí, pero lo hice vendiendo pulpas de frutas, con lo cual duré casi una década en la industria”, rememora Marín desde su estudio ubicado en el norte de Barranquilla.
Durante todo ese proceso desarrolló habilidades especí cas para la composición de empresa, direccionamiento de equipos, contabilidad e incluso marketing, las cuales orientaría seguidamente a su trabajo con el arte.
“El tema con las pulpas de frutas iba bien, había crecido y las cosas funcionaban, pero sentía que me faltaba algo, y ese algo indiscutiblemente era el arte, esa realmente era mi pasión y la había olvidado por un tiempo”.
Inicia la aventura
Después de luchar un poco consigo mismo y convencerse de que lo que quería era el arte se lanza a hacerlo, en el proceso hubo un poco de improvisación, pero fue capaz de ir aprendiendo en el camino.
Rápidamente pasó por diferentes formatos, la exploración acompañada de la creatividad se convirtieron en su mejor compañía, con la cual logró encontrarse a sí mismo a través de las formas y el uso de color y la sombra.
“En medio de todo este proceso de exploración encontré que las formas y las matemáticas iban a ser el pilar de mi arte, por eso desarrollé todo un estilo guiado hacia las formas, en el que el uso de la sombra también es preponderante, y se termina con laminilla de oro para representar el valor”.
De las series que maneja de forma permanente está ‘Gray’, la cual está basada en el uso de las tonalidades oscuras, y se combina con la siguiente que es la ‘Black’; además de los animales en los que predominan las grandes especies y nalmente su serie de ‘rostros’, con la cual ha pintado a varias celebridades.
De los rostros más recientes que ha realizado, tuvo como modelo a la reina del Carnaval de Barranquilla 2007, Daniella Donado, a la Reina del Carnaval 2024, Melissa Cure, quien recibió su obra el día del cierre del Carnaval tras la muerte de Joselito, y a la presentadora deportiva Melissa Martínez.
“Yo soy fan de los rostros femeninos, y el de Melissa en particular me permitió jugar mucho con la producción de la obra porque la expresividad de sus facciones y gestos la hacen completamente visible”.
JESÚS BOVEA