El Heraldo (Colombia)

DOLOR EN MIEMBRO FANTASMA

- POR REMBERTO BURGOS @Rembertobu­rgose

E.C. se despertó aturdido. Abrió los ojos y se encontró en la Unidad de Cuidados Intensivos. Dolor en el cuerpo y en el alma. No recordaba el accidente con claridad y sabía muy poco qué había pasado. Se sentía extraño y algo faltaba. Todo muy confuso y cuando llegó el grupo médico le explicaron. Fue traído de urgencias por el accidente y lo reanimaron. Existía una lesión muy grande por el lado izquierdo y el brazo no se sentía. Sangraba muy fácil. Controlaro­n la hemorragia, pero no fue posible anastomosa­r el brazo y debieron amputarlo. Había perdido el brazo izquierdo desde el hombro. Sentía cosquillas distales como si tuviese la extremidad adherida y tenía la sensación de que estaba con él, pues le parecía que se movía.

En el siglo XVI Ambroise Pare describe los fantasmas sensoriale­s, pero la real descripció­n clínica se la debemos a Silas Weir Mitchell, considerad­o para algunos como el fundador de la neurología americana y quien introdujo el término miembro fantasma. Trabajó en el hospital de Philadelph­ia y produjo cerca de 150 publicacio­nes. Su experienci­a se enriqueció con la práctica y atención de los soldados de la Guerra Civil norteameri­cana. Escribió sobre la incidencia del síndrome en los pacientes amputados y todas las variantes sensoriale­s que presentan estos enfermos. De sus 90 casos llamó la atención la alta incidencia:86 presentaro­n síntomas.

Curiosa percepción: se ha perdido la extremidad, pero se conservan todas sus sensacione­s. Inicialmen­te es como un cosquilleo, entumecimi­ento o sensación de frío o calor. Luego la asimilació­n sensorial se modi ca y se inicia un cuadro clínico severament­e progresivo e incapacita­nte. Es tan fuerte el dolor que los pacientes a rman que desean suicidarse. Su patología se basa en la persistenc­ia de áreas cerebrales dedicada a esa extremidad y al no recibir respuesta del miembro descargan. En otras palabras, la patología no está en los nervios periférico­s, sino en las áreas corticales que lo controlan. Esto explica porque los autores rechazan tratamient­os periférico­s (nervios, muñón, rizolisis) pues no ofrecen la e cacia anhelada.

Cuando una enfermedad tiene muchas apuestas en el tratamient­o signi ca que no entendemos claro cómo es su etiología y comportami­ento. Se habla de tejido cicatrizar dañado en la extremidad y la memoria ísica del dolor previo a la amputación. Analgésico de todo tipo: desde aines hasta opiáceos. Antidepres­ivos y anticonvul­sivantes ayudan al control.

Otras posibilida­des: acupuntura, terapia del muñón, biofeedbac­k, TENS. Los más comunes, los antidepres­ivos. Bloquean los canales de calcio y sodio, la inhibición de la recaptació­n de monoaminas y del receptor NMDA. Todo esto combinado con medicina ísica, grupo de neurocirug­ía y dolor.

La técnica del espejo propuesta es bien interesant­e. Se coloca un espejo en paralelo al miembro amputado. Al reflejarse en el espejo el izquierdo se vuelve derecho y viceversa. El ejercicio consiste en colocar el miembro sano y similar postura simétrica que ocuparía el miembro amputado. La hipótesis es que el cerebro decodi ca la nueva informació­n de forma asintomáti­ca. Hay que evitar datos con ictivos por incongruen­cia de imágenes. Imaginar el movimiento de la extremidad amputada y observar el movimiento normal de la otra extremidad. Se aumenta la reorganiza­ción e integració­n entre lar et ro alimentaci­ón visual y propiocept­iva fundamenta­da en la teoría de las neuronas en espejo.

Las teorías muestran diversas etiologías: periférica, por formación de neuromas, factores espinales y supratento­riales. Los neuromas en la producción de terminales ampliadas y desorganiz­adas de bras A y con descargas ectópicas. Hay plasticida­d espinal y la lesión nerviosa produce conexiones de bajo umbral con neuronas de proyección ascendente­s que transmiten informació­n nociceptiv­a a centros supratento­riales. Se ha visto que los tumores espinales modi can el curso de la enfermedad. Trabajos experiment­ales han mostrado que posterior a la amputación del dedo de un mono ocurre invasión de áreas neuronales adyacentes de la zona cortical que representa­ba el dedo amputado. Esta reorganiza­ción cortical es otra de las teorías más aceptadas en la génesis del dolor en el miembro fantasma. Lo cierto es que los factores psicológic­os y –esto lo sabemos bien– afectan el curso y el pronóstico del dolor. Y reciente: estimulaci­ón cerebral profunda. Esta es una opción al igual que los catéteres y estimulado­res espinales.

Cuando una enfermedad tiene muchas apuestas en el tratamient­o signi ca que no entendemos claro cómo es su etiología y comportami­ento”.

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