Devoción a flor de piel durante el Domingo de Ramos
Los templos de la ciudad recibieron a los feligreses que se unieron a esta celebración religiosa que da inicio a la Semana Santa. Algunos fieles portaron plantas vivas.
El fervor religioso impregna las calles de Barranquilla desde este Domingo de Ramos. Cientos de fieles se congregaron en las distintas parroquias para conmemorar la llegada triunfal de Jesucristo a Jerusalén.
Niños y adultos, en un ambiente de solemnidad y devoción, se unieron a esta celebración que marca en firme el inicio de la Semana Santa 2024.
Desde las 7:30 a. m., una multitud aguardaba con los ramos en alto, ansiosos por recibir la bendición del arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Salas, en la Catedral Metropolitana María Reina.
La liturgia de este día, que evoca el ingreso de Jesús montado en un burro a la ciudad santa, no solo rememora un suceso histórico, sino que también aviva la pasión por Cristo entre los creyentes.
Es un momento de reflexión y renovación espiritual, en el que se conjuga el fin de la Cuaresma y se abre paso a los días más sagrados del calendario litúrgico.
Así lo reconoció Samanta Rubiano, quien se trasladó desde su hogar en el barrio Las Malvinas para conmemorar con sus nietas esta celebración religiosa.
“Tengo más de 10 años viniendo siempre a la Catedral para recibir la bendición de mi ramo. Este año quise traer a mis nietas para que también fueran bendecidas. Necesitamos mucho de una semana con mucha paz. Con lo que pasa diariamente en el mundo, necesitamos estar unidos”.
Un período de recogimiento
En medio de la alegría contenida y la reflexión espiritual, los creyentes recibieron con esperanza y devoción la llegada de la Semana Mayor, un período de recogimiento y meditación que culmina con la celebración de la resurrección de Cristo en la Pascua.
“Tenemos que reflexionar mucho sobre lo que está aconteciendo en el mundo y podamos hasta perdonarnos a nosotros mismos porque lo necesitamos”, expresó el feligrés Antonio Montaño.
En el marco de la solemne celebración de la Eucaristía, monseñor Pablo Salas entregó un mensaje conmovedor que invitó a los fieles a reflexionar sobre el significado profundo de la pasión de Cristo.
Durante su intervención, el
arzobispo planteó la pregunta: ¿Qué actitud suscita en mí la proclamación de la pasión de Cristo?
“Cuando uno hace este ejercicio de proclamar la pasión de Cristo la pregunta que viene es ¿qué actitud suscita esto en mí?. Esta pasión no puede ser una crónica roja de las que salen en los periódicos”.
Además, instó a los feligreses a aprovechar la oportunidad que ofrece la Semana Santa para reflexionar sobre sus pecados y derramar lágrimas de arrepentimiento por sus infidelidades ante Jesucristo.
“Que maravilla que en esta semana que estamos comenzando fuera para nosotros la ocasión de poder llorar nuestros pecados, de derramar lágrimas por todas las infidelidades cometidas a Jesús”.
Expresó su deseo de que esta semana que comienza sea más que una celebración religiosa, también una ocasión para confrontar sinceramente las faltas y buscar la reconciliación con Dios.
“Ojalá este país, todos los colombianos tengamos el coraje de llorar nuestras culpas y de reconocer que el único que tiene la verdad es Cristo”.
Acompañamiento familiar
Las parroquias se visten de gala con palmas y ramos, mientras los feligreses entonan cánticos religiosos y recorren las calles en procesiones solemnes.
Es un encuentro de fe y comunidad, en el que se fortalecen los lazos y se renueva el compromiso con los valores cristianos.
Nuestra Señora del Carmen
En la parroquia Nuestra Señora del Carmen, los fieles se preparaban para escuchar la eucaristía en familia. Cada uno llegaba con sus hijos, nietos, sobrinos, todos dispuestos a escuchar la palabra de Dios.
Al salir de la iglesia, las familias llevaban consigo la bendición de la palma, símbolo de victoria y esperanza.
Para Santiago Mejía, retirarse del templo en este día significaba irse renovado en su compromiso con la espiritualidad y con la certeza de que, como una familia de creyentes, encontraría fuerza y consuelo en los días próximos.
“Estos días siempre deberían compartirse en familia porque muchas de las cosas malas que están pasando tienen que ver con el poco amor que se vive dentro de las familias. La unión hace la fuerza”.