NO HAY QUE CONSULTAR ARÚSPICES CHINA CONSUMIRÁ MÁS HIDROCARBUROS
La aruspicina era una disciplina adivinatoria de los etruscos que, tras su incorporación al imperio, pasó a los romanos. Consistía en presagios que hacían los arúspices, graduados sacerdotes, examinando entrañas de animales sacri cados. El colegio de arúspices era un honor reservado a las mejores familias, que mandaban a sus hijos a estudiar la aruspicina. Era clave, y sigue siéndolo, manejar la información, proviniera de donde proviniera.
Fuentes de información indican que “China sigue empeñada en lograr la máxima autonomía energética posible”. Sus empresas estatales están invirtiendo enormes cantidades de dinero para encontrar hidrocarburos en tierra y mar. ¿Qué busca el gigante asiático? Lo mencioné en una columna anterior: “capacidad para evadir el impacto adverso de cortes en el suministro de energía”. Es decir, no depender de terceros para sus necesidades, evitando así la vulnerabilidad energética. Ese país es el primero en emisiones contaminantes, seguido de EE. UU., y lo ha sido por muchos años. No ha sido improductivo, opinarán algunos, ya que es una de las 5 economías más poderosas, junto con EE. UU. y otros, como Rusia, que utilizan y comercializan combustibles fósiles. El año pasado, China adicionó plantas térmicas con 50 GW de capacidad a carbón (TODO el sistema colombiano alcanza cerca de 20 GW, 70% consumen agua, el resto gas en su mayoría y solo un 2.5%, 0.5 GW, son renovables), y ahora anuncia importantes hallazgos de petróleo y gas. “China está de suerte” dicen los medios, tras confirmar que en una semana ha descubierto el mayor yacimiento en roca de crudo del mundo y el primer gran yacimiento de petróleo en el mar de China Meridional. No es suerte, es resultado de inversiones y actividades de exploración para depender menos de terceros. Ya su producción de crudo alcanza 4,2 millones de barriles diarios, según datos publicados. El ‘gigante asiático’ es el sexto mayor productor de crudo y se acerca a Irak, que ocupa el quinto puesto, con 4,3 millones. Vale recordar que EE. UU. ocupa el primer lugar.
Colombia ocupa el puesto 135 en emisiones a nivel mundial, con 0.66% del total. Ya lo dijimos antes, nadie se opone a la transición energética, pero las grandes potencias lo están haciendo a un ritmo pausado, privilegiando el crecimiento económico y la seguridad energética. Nuestro país quiere hacerlo en un cortísimo término, sin un plan concreto para garantizar la prestación ininterrumpida de servicios energéticos vitales y sin que nadie le esté exigiendo esos rigurosos plazos. La seguridad energética debe tener prioridad para garantizar robustez (recursos su cientes, infraestructura, precios estables y asequibles), soberanía (protección contra amenazas de agentes externos) y resiliencia (capacidad para sortear impactos al suministro). Factores que hoy garantizan los combustibles fósiles, base para una transición energética organizada, justa y legítima.
Mientras tanto, China y las otras cinco grandes potencias que dominan el mundo, seguirán consumiendo petróleo, carbón y gas, mientras obtienen estabilidad de las energías renovables, y nosotros seguiremos respirando sus emisiones. No habría que estudiar aruspicina o consultar a graduados arúspices para a rmarlo.