PETRO DEBE PEDIRLE LA RENUNCIA A ROA
Jorge Espinosa publicó las conclusiones y recomendaciones del estudio de Control Risks (Control de Riegos), en las que le fue pésimo a Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, quien ya ha debido salir de ese cargo. Estos son apartes del texto:
“El entorno de riesgos de Ecopetrol en las condiciones actuales es más complejo y de mayor impacto para la empresa de lo que posiblemente se había presumido (…) El entorno político inmediato de los cuestionamientos al presidente de Ecopetrol y su probable evolución en las próximas semanas y meses ya implica un nivel de riesgo elevado” para la petrolera. “En todos los escenarios de Control Risks, Ecopetrol se expone a una pluralidad de riesgos de nivel alto muy alto”. “El escenario más inminente de riesgos son las imputaciones de cargos al presidente de Ecopetrol por irregularidades en el financiamiento de la campaña presidencial”. Y, “dada la información públicamente disponible a la fecha, consideramos que es creíble la apertura de investigaciones administrativas, disciplinarias y/o penales” contra Roa, por gerenciar la plata con la que ganó Gustavo Petro, con graves efectos “reputacionales y de gobernanza para Ecopetrol, así como los impactos comerciales y regulatorios”.
Control Risks señala que Ecopetrol debe “considerar el escenario de investigaciones regulatorias y penales de las autoridades norteamericanas contra” Roa, advertencia que resalta porque serían de un impacto desastroso para Ecopetrol y para Colombia.
Otro atentado contra la reputación de Ecopetrol –que también le desvaloriza sus acciones– es que el Gobierno impuso en la nueva junta directiva a dos viceministros de Petro. Porque violaron los criterios de la OCDE, organización a la que pertenece Colombia según decisión que se aprobó con el voto positivo del senador Gustavo Petro –y el negativo mío–, quien ese día votó en el senado como le recomendó Carrasquilla. Y las normas y los acuerdos deben cumplirse, así no se compartan.
Si el presidente Petro tuviera como prioridad el interés nacional, ya habría sacado a Ricardo Roa, porque es lo único que le sirve a Ecopetrol para paliar el gran daño a su reputación, y también ha podido sacarlo Ricardo Bonilla, el ministro de Hacienda. O Roa ha debido renunciar –incluso así se considere inocente–, porque su salida es lo único que puede reducir un daño a Colombia de grandes proporciones. Y cada uno de ellos ha debido publicar completo el informe de Control Risks –de 164 páginas–, porque sus conclusiones apenas ocupan un par. A Publicarlo. Pero no lo han hecho porque son del tipo de políticos y burócratas que no llegan al Estado a servirle a Colombia, sino a ponerla al servicio de sus objetivos.
A cuidar a Ecopetrol. Porque el cambio de su Junta Directiva, así como su muy equivocado cambio de naturaleza de empresa petrolera, tiene como fin, según piensa Petro, imponerle a esa empresa decisiones contra el petróleo y el gas, al igual que un conjunto de políticas clientelistas, todas ellas de descarado disfraz ambientalista.