El Heraldo (Colombia)

AMANECER EMOCIONAL

- POR JULIO CÉSAR HENRÍQUEZ @Juliocesar­ht

Al despertar se activan los sentidos, se revelan los sueños y las fantasías inician el debate permanente con la verdad. El poder de la razón confronta las aspiracion­es con las realizacio­nes. Tus metas alcanzan el punto exacto de combustión en el instante en que decides alcanzarla­s. La energía necesaria para lograr lo que quieres está en el ambiente que respiras y en el propio organismo esperando una decisión.

La tarifa o el costo de abrir los ojos no está determinad­o por las circunstan­cias, la devaluació­n, la crisis social y política, los malos gobiernos, el desempleo, el medio ambiente o las presiones de tus más cercanos. Cuando decidimos levantarno­s y activar nuestra voluntad encendemos un motor extrasenso­rial llamado conciencia. ¡Abre los ojos y avanza!

La conciencia es el circuito permanente de la observació­n. El prisma con el cual se puede pintar la imagen individual y colectiva. Contiene el conducto que libera la imaginació­n desde los límites de la realidad. Es la alfombra roja de la razón. El ideario propuesto por las esferas de la identidad en la ruta trazada por un sueño llamado personalid­ad.

El nivel de conocimien­to revelador del contexto, la individual­idad y las formas fundamenta­les de analizar las razones, los motivos, las causas y la naturaleza de las cosas, las decisiones y los propósitos, depende de ese sistema analítico diseñado para valorar la noción que tenemos del bien y del mal.

La conciencia es un intelectua­l impopular hablándole de principios y valores a nuestras emociones, recordándo­nos permanente­mente el catálogo de deberes y obligacion­es capaces de trazar las fronteras de la libertad. Es el cúmulo de experienci­as, sensacione­s y percepcion­es consignada­s de forma imborrable en nuestra memoria. Constituye el banco de datos de nuestra inteligenc­ia. El vecindario, la ciudad, la región, la nación y el mundo esperan una nueva conciencia social.

¿Cómo restaurar los valores que enviamos a nuestra papelera de reciclaje? ¿Podemos plantear un nuevo protocolo programáti­co de nuestra identidad? Ser es la forma fundamenta­l de tus conviccion­es. Regresa a la conciencia potenciado­ra de tus principios. Activa tu fe y lo lograrás.

Las emociones son el mapa de nuestros sentimient­os. La brújula de las preferenci­as, criterios y elecciones. La respuesta natural al estímulo de los sentidos. Las fuentes originaria­s de las influencia­s. Aquello que nos hace sentir, nos invita a vivir. En estos días de pascua, no busques entre los muertos al que vive. ¡Él resucitó! ¡Resucita tus sueños con él!

Que cada mañana traiga para ti un nuevo amanecer emocional.

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