El Heraldo (Colombia)

Pese a los vetos, la oposición de Venezuela tiene candidato presidenci­al

-

María Corina Machado tiene razón. La combativa dirigente de Vente Venezuela, gura central de la Plataforma Unitaria Democrátic­a (PUD), principal coalición opositora de ese país, confirma que han superado un nuevo obstáculo, de los muchos impuestos de manera desvergonz­ada, pero, sobre todo, antidemocr­ática por el régimen de Nicolás Maduro, para impedir la participac­ión de partidos o movimiento­s políticos antagonist­as en las elecciones presidenci­ales del día 28 de julio.

Por consenso, en una decisión que podría ser de nitiva para reconducir el rumbo de la nación, sumida desde 2013 en una deriva política, socioeconó­mica y electoral, el diplomátic­o Edmundo González Urrutia fue designado como el candidato único de la plataforma opositora. Consciente­s de que no deben seguir dispersand­o el capital político que aún les queda o malbaratan­do sus posibilida­des por concurrir distanciad­os a las urnas, como en comicios anteriores, los partidos opositores, decidieron recoger el espíritu de la Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD), que en diciembre de 2015 plantó cara al chavismo con una rotunda victoria en las elecciones legislativ­as. El ungido González como rival Urrutia, de Maduro, un respetado el exembajado­r académico, de discreto per l, sobre el que no pesa ningún veto del sistema electoral ni de justicia – hasta ahora- y quien ha ejercido durante años como uno de los guardianes de las banderas de la MUD, aparecía en casi todas las quinielas de los intervinie­ntes en el proceso, excepto en la suya. Resistirse no era sostenible. Siendo sinceros, a título personal no tendría la menor opción ante la aplastante maquinaria del régimen, pero su nueva posición le concede un mandato casi histórico.

De entrada, recibe todo el respaldo político de Machado, ganadora de las primarias de la oposición en 2023 con más de 2 millones de votos. Su arbitraria inhabilita­ción, primero, y luego las trabas que le impidieron a su designada, Corina Yoris, inscribir su candidatur­a ante el CNE rede

nieron la ruta electoral, pero en ningún caso la truncaron. Eso es valentía. A estas alturas, dentro o fuera de Venezuela, no quedan dudas acerca de las autoritari­as o represivas maniobras del régimen, incluso órdenes de detención, para impedir que los ciudadanos concurran a unas elecciones libres, justas, transparen­tes, equitativa­s, y con garantías para elegir y ser elegidos.

Poco o nada queda de los Acuerdos de Barbados en los que gobierno y oposición pactaron unas reglas de juego democrátic­as para la celebració­n de elecciones, gracias a los buenos o cios de la comunidad internacio­nal. Maduro y sus secuaces se han lucrado hábilmente de la exibilizac­ión de las sanciones económicas, mientras administra­ban a rajatabla su manual de perfecto autoritari­o consumando agresiones de los derechos y libertades de sus ciudadanos. Ante las evidentes transgresi­ones, Estados Unidos anuncia que levantará de manera progresiva los alivios, aunque no descarta mantener el pulso con el régimen chavista en un despliegue de realpoliti­k.

Pese a que algunos países como España advierten que Venezuela está lejos de cumplir sus compromiso­s respecto a garantías electorale­s, se declaran dispuestos a integrar misiones de observació­n para los comicios de julio. Es un paso importante para que el resultado, al margen de quien gane o pierda, sea reconocido por todos. Ciertament­e, el camino aún es largo y, antes de la elección misma, Caracas debe respetar la decisión de la plataforma opositora de avalar a Edmundo González Urrutia como su candidato, como nalmente lo pudieron consignar ante el órgano electoral algunos partidos que habían denunciado di cultades en el sistema del CNE.

Es ejemplar la persistenc­ia democrátic­a con la que la oposición liderada por María Corina Machado, ahora también por su candidato único, Edmundo González Urrutia, encara los vetos, abusos e irregulari­dades con los que el chavismo intenta torpedear su ruta electoral de una forma tan burda como descarada, que esconde su estrategia de perpetuars­e en el poder, atornillad­o como un régimen autocrátic­o con capacidad de desestabil­izar a la región por sus múltiples crisis.

Buena parte de los siete millones de venezolano­s que han huido en los últimos años no podrán ejercer su derecho al voto. Otra señal más de la vocación dictatoria­l de Maduro que concurre a la elección con evidentes signos de debilidad. Como entre sus planes no está ceder el poder ni asumir una derrota, seguirá traspasand­o líneas rojas. Lo hará, como tantas otras veces, en defensa de la democracia. Pero no la que sustenta un Estado de derecho, sino la que él usa a su antojo o, mejor aún, la que destroza a diario, y que no es con

able ni creíble. Resiste Venezuela.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia