Especial Regional Revista Semana
¡Barranquilla!
“Barranquilla está viviendo un proceso de transformación y el país necesita mirarla como una fuente de inspiración”. Barranquilla tiene todo para convertirse en la capital del Caribe. No solo como el epicentro económico de la costa atlántica sino como una ciudad líder para todos los países de la cuenca del Caribe. Pero se necesita visión, estrategia, y carácter.
Probarranquilla cumple 30 años y es un buen momento para mirar cómo está parada la ciudad frente a su futuro y cuál es su papel en el Caribe. En un país que trata de pasar la página del conflicto armado, que trata de asumir lo que significa la reconciliación y que busca ser más próspero y equitativo, Barranquilla se ha convertido en los últimos años en un símbolo de lo que debe ser la nueva agenda de Colombia en el siglo XXI.
En lo económico, ha sido un motor de desarrollo y de inversión para el país. En lo cultural, se ha aprovechado el valor del folclor, de las tradiciones y de su historia –el carnaval y la Casa de la Cultura son ejemplo de ello–. En lo urbanístico, ha iniciado una verdadera transformación que le está empezando a cambiar la cara a la ciudad. En lo político, se ve capacidad de ejecución, continuidad y trabajo en equipo con el sector privado. Pero quizá, la condición más importante, es que se palpa una nueva actitud de optimismo y orgullo que es fundamental si se quiere realmente entender y abrazar la modernidad.
Claro, nadie discute que existan flagelos y realidades preocupantes como la inseguridad, el microtráfico, la corrupción y la desigualdad social. Todos fenómenos nacionales que dependen, en gran parte, de que haya una mejor justicia, una mejor policía, una mejor ejecución del gasto y un mayor compromiso de la ciudadanía. Pero Barranquilla hoy, con su autoestima, su peso económico, el tamaño de su mercado y su ubicación estratégica tiene que empezar a pensar cuál es nuevo liderazgo en los próximos 50 años, y ese es un desafío para su clase dirigente.
Varios factores inciden en que Barranquilla pueda proyectarse como la capital del Gran Caribe. Primero, es el punto de llegada del río Magdalena, por donde transitará la mayoría del comercio de Colombia en el futuro próximo. Segundo, está en el epicentro del eje Cartagenabarranquilla-santa Marta, cuyo potencial turístico, económico y cultural puede ser uno de los más valiosos hoy en el mundo. Tercero, porque tiene todas las condiciones para convertirse en una ciudad reconocida por su innovación, educación y apuesta a la cultura. La organización de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 2018 no es solo un termómetro de la nueva era de la ciudad, sino que va a ser una interesante vitrina para posicionarse en la región.
Si bien Barranquilla está pasando por un buen momento y debe asumir cuál es su liderazgo frente al Caribe, esto significa hacer apuestas en el largo plazo (que implican sacrificios, mejorar la calidad de vida, hacer inversión social, seguir robusteciendo las instituciones locales y regionales, luchar contra la corrupción y fortalecer la tecnocracia pública), y mejorar la productividad (combatir la informalidad).
Por eso Barranquilla tiene que mirar más hacia el Caribe, tener mejores relaciones comerciales, académicas y culturales con otras ciudades y países de la región, y abrir un diálogo sobre lo que significa el Caribe que se origina en La Arenosa. En fin, la ciudad está viviendo un proceso de transformación y el país necesita mirarla como una fuente de inspiración. El proceso hasta ahora está comenzando y esperemos que en 20 años Barranquilla pueda ser un ejemplo a nivel regional o mundial.