Especial Regional Revista Semana
REGIÓN DE ‘PUERTOS ABIERTOS’
“Un Área Metropolitana, integrada como Zona Económica Especial traerá beneficios legales permanentes”.
Barranquilla y el Atlántico ya consolidan un ecosistema regional e industrial de emprendimiento, un mercado de prestación de servicios que abastece la zona. Este busca proyectarse al resto del país y hacia el Gran Caribe.
La consolidación de la Región Caribe como motor del desarrollo nacional, requiere de una mayor integración del eje formado por tres de sus grandes capitales: Santa Marta, Cartagena y Barranquilla. Hay razones económicas para analizar la idea de un Área Metropolitana del Litoral Caribe, prevista en la Ley 768 de 2002 con miras a integrar municipios y entidades territoriales contiguos a cada uno de esos distritos.
Eso permitiría, entre otros aspectos, que los puertos controlaran su desarrollo y recaudaran la contraprestación de las concesiones a través de un organismo que se cree por ley, para cumplir las funciones de autoridad portuaria regional, especializada en las necesidades propias de la zona.
Un Área Metropolitana concebida así, integrada además como Zona Económica Especial, traerá beneficios legales permanentes de carácter comercial, aduanero y cambiario; impulsará el avance industrial, la competitividad y generará empleo. De esta manera, podrían enfrentarse con éxi- to los retos de exploración y explotación de hidrocarburos a mar abierto.
La coyuntura regional permite que bajo esta figura se intervenga en la prestación de servicios –como el de energía eléctrica– que respondan a las necesidades particulares de la zona y propongan modelos eficientes.
Un ejemplo de esto es la integración vertical en los servicios, de manera que sea posible unir la generación, transmisión/distribución y comercialización de energía en un solo operador, para enfrentar la alta dependencia de la región a la luz eléctrica, principalmente en sus procesos productivos.
El desarrollo de Barranquilla y el Atlántico –impulsado por la implementación de modelos integracionistas de administración y de contenidos públicoprivados dispuestos en la legislación– redundará en el manejo eficiente de nuestras capacidades y generará un impacto positivo en el crecimiento económico del país.
Fortalecer la región implica fortalecer la estructura económica de Colombia.