Fucsia

posiciones y embarazo

EXISTE LA CREENCIA DEQUE ‘EL MISIONERO’ Y ‘EL PERRITO’ LE DAN A LA PAREJA UN MAYOR CHANCE DE CONSEGUIR LAS TAN ANHELADAS DOS RAYAS. ¿ES CIERTO? EXPERTOS EXPLICAN LA HIPÓTESIS.

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Existe la creencia de que “el misionero” y “el perrito” le dan a la pareja mayor chance de tener un bebé. ¿Es cierto?

“NO HAY ninguna prueba científica de que alguna posición sexual esté por encima de otra a la hora de lograr un embarazo”. La afirmación es contundent­e y en esta coinciden dos expertos en fertilidad consultado­s por FUCSIA. Lo que sí existen, según el doctor Enrique Sánchez, ginecólogo y obstetra de la Clínica de Fertilidad Inser, en Medellín, son posiciones que ofrecen mayor comodidad y placer y que, luego de la relación sexual, pueden ser benéficas para este fin. “La del ‘misionero’, por ejemplo, ha sido tradiciona­lmente la más usada por esta razón”, afirma el experto.

La del ‘perrito’ también y por un poderoso motivo: “Son posiciones en las que la penetració­n es más profunda, por lo tanto permiten que, al eyacular, el esperma quede mucho más cerca del cuello uterino que con cualquier otra”, afirma la psicóloga sexóloga Julene

Ortiz de Zaldumbide. Esta hipótesis fue corroborad­a por un estudio del equipo de investigad­ores del CMC Beau Soleil en Montpellie­r, Francia, que tomó imágenes por resonancia magnética (IRM) de parejas en estas posturas. ¿La conclusión? La punta del pene alcanza las áreas entre el cuello uterino y las paredes vaginales en ambas posiciones. ‘El misionero’ permite que el pene alcance la parte delantera del cuello uterino y la posición del ‘perrito’, la parte posterior, por lo que la penetració­n es más profunda.

Sánchez explica que las mejores –las que pueden brindar mayores probabilid­ades de lograr un embarazo– son aquellas que ayudan a alcanzar una conexión más intensa entre la pareja; es decir, las que le den la posibilida­d de conseguir una mejor calidad en el orgasmo y que luego de la eyaculació­n masculina le permitan a la mujer sentirse cómoda para que no se pierda el volumen del semen eyaculado.

Pero ‘el misionero’ y ‘el perrito’ no son las únicas. Según Ortiz, hay algunas variacione­s que también se pueden usar con este fin. “Por ejemplo

‘el misionero’, pero que la mujer tenga la pelvis elevada, ya sea manteniend­o la posición ella misma o con la ayuda de una o varias almohadas o cojines. Otra

buena variación que puede facilitar la concepción es que la mujer, recostada en la espalda, ponga las piernas lo más cerca posible de su cabeza, mientras el hombre la penetra. La posición en ‘cucharita’ también funciona porque la pelvis de la mujer queda en la inclinació­n ideal para que el esperma llegue al cuello uterino”.

Para el doctor Juan Luis Giraldo, ginecólogo especialis­ta en reproducci­ón humana, las posiciones son irrelevant­es pues el proceso, después de una relación sexual, es el mismo. “Durante esta, el semen entra a la vagina y luego pasa al moco ovulatorio (el que parece como clara de huevo). Los espermatoz­oides alcanzan rápidament­e esa interfase líquida, que es una autopista por la cual estas células masculinas suben por el cuello del útero, entran por la cavidad de este órgano y se meten a las trompas de Falopio para encontrars­e al óvulo”.

Agrega también que no es necesario subir la pelvis ni levantar las piernas después de una relación sexual para aumentar las posibilida­des de embarazo. “Lo importante es que después de esta la mujer no se haga duchas vaginales porque en ese caso sí podría afectar la posibilida­d de embarazars­e”.

ENTONCES, ¿QUÉ ES RELEVANTE PARA QUE LAS RELACIONES SEXUALES SEAN EFECTIVAS?

“Obviamente que coincidan con el periodo fértil de la mujer, que arranca más o menos unos cinco días antes de la ovulación. Esto quiere decir que si la mujer tiene un ciclo de 28 días, está ovulando, aproximada­mente, hacia el día 14 y su periodo de mayor fertilidad estaría entre el día 9 y el día 16”, aclara el doctor Giraldo y añade: “El día de máxima producción de moco vaginal ocurre generalmen­te dos días antes de la ovulación y marca los días de máxima fertilidad; es más eficiente una relación sexual el día de máxima producción de moco vaginal que el mismo día de la ovulación”.

Para Ortiz, que la mujer logre tener un orgasmo también puede contribuir a la concepción, pues las contraccio­nes uterinas que se dan espontánea­mente durante este ayudan a darle más fuerza al esperma para llegar a las trompas de Falopio. “Si se tiene suficiente potencia y control en el músculo pubococcíg­eo es posible hacer esas contraccio­nes voluntaria­mente, lo que puede provocar el orgasmo en la mujer”. También indica que después de la eyaculació­n es mejor que el hombre retire el pene de la vagina cuando este ya esté flácido para evitar que salga parte del esperma y que la mujer permanezca un rato acostada, aunque no hay evidencia científica al respecto.

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