ÍNGRID WOBST Y CAROLINA CASTRO
Conversan sobre su vida en el modelaje y el mundo de las agencias.
SON LA PERFECTA representación de la belleza y la diversidad del país. La rubia, una paisa muy bogotana con apellido alemán, y la morena, que nació en Bruselas, con pinta latina y sangre vallenata, caminaron por las pasarelas de la moda desde que eran adolescentes. Juntas trabajaron de la mano de Tony Marques en una de las agencias más prestigiosas del país.
Después de protagonizar carátulas de revistas, campañas publicitarias y desfiles de diseñadores colombianos, Íngrid le sacó tiempo a la Facultad de Economía y se fue a estudiar Cine a España. Carolina, especialista en Comunicación y Mercadeo de Moda, vivió en Nueva York y París, y en
‘la Ciudad Luz’ conoció de cerca el
glamour de Jean Paul Gaultier y fue su relacionista pública por casi una década. La vida las volvió a unir hace cinco años en Grupo4, la empresa de moda, estilo y talento de la que son socias fundadoras.
ÍNGRID WOBST (I. W.): Empecé a modelar por casualidad. Caminando en la calle me propusieron hacer un comercial y un desfile. Fue Linda Gómez quien trajo la agencia John Casablancas a Bogotá. Después todo esto terminó siendo mi estilo de vida. CAROLINA CASTRO (C. C.): Mi hermana era modelo y en un desfile en el que participaba, una de sus compañeras canceló. Ella dijo: “Llamen a mi hermanita. Tiene 14 años pero mide 1,75”. Le vi ventajas como opción profesional, para viajar y trabajar con gente talentosa. La figura del mánager fue importante durante todo el proceso, porque es fácil que las modelos se pierdan en este mundo.
I. W.: Después de Linda Gómez estuve con Mauricio Sabogal y finalmente con Tony Marques en Stock Models. Nos eligen no solo por ser mujeres bonitas. Las personas deben saber hacia dónde van, buscar el camino correcto y construir una carrera. Tengo muchos años de modelo y empresaria, y nunca he tenido siquiera una conversación difícil.
C. C.: Para construir ese camino debe haber una evolución personal, conocer las fortalezas propias y tenerse confianza. Esto no es para personas sensibles al rechazo. Si a un cliente no le gustó tu
look, no quiere decir que no sirvas o que te falte algo. Para eso está el mánager, para ayudar a decidir e incluso a negarse a un trabajo, así signifique mucho dinero. Las agencias son filtros necesarios entre las modelos y los clientes.