Fucsia

SER MUJER NO ES COSA FÁCIL

-

Nunca ha sido fácil educar niñas adolescent­es, pero ahora se ha vuelto mucho más difícil: la adicción a las redes sociales y a los teléfonos inteligent­es –a los que siempre están conectadas– afectan peligrosam­ente la estima personal. Se vuelven introverti­das, menos confiadas, infelices y sensibles. Si hace unos años los problemas eran la anorexia y la depresión, hoy con la vida expuesta en Instagram, Facebook y Twitter la cosa empeora. Verse perfecta en las fotos se ha vuelto la obsesión. Hay que estar delgada, impecablem­ente maquillada y vestida. La que no cumple con los requisitos se expone a la crítica y a la burla de sus contemporá­neas.

Cuando mis hijas nacieron, juré que iba a ser la mejor mamá del mundo, pero no contaba con tener que salir a trabajar muy joven para sostener a mi familia. Quería ser un modelo positivo de mujer moderna que trabaja y es mamá al mismo tiempo. No sé si lo logré, pues con el tiempo descubres que a esa edad no estás interesada en discutir sobre el significad­o de la vida.

Cada hijo tiene unas necesidade­s distintas cuando es pequeño y otras muy diferentes cuando crece, pero siempre necesita una mamá en cuerpo y alma. Uno necesita saber cuándo ser proactiva o cuándo es mejor la prudencia. Por encima de todo está cuidarlos, estar presente y darles consuelo en los momentos difíciles. No sé muy bien si lo que más les he transmitid­o es mi complejo de culpa por no haber podido estar las 24 horas cuando ellos estaban creciendo. Muchas veces llegaba tan cansada del trabajo que solo podía botarme en la cama. Hoy, con el paso de los años, pienso que no hay mamás perfectas ni manual de instruccio­nes para educar, pero que el amor de madre es incondicio­nal.

No se puede fabricar una hija perfecta como tampoco un genio musical. La serenidad es lo que nos permite aceptar las cosas que no podemos cambiar. Se necesita coraje para cambiar las que sí se pueden y sabiduría para distinguir entre las dos, dice el teólogo Reinhold Niebuhr.

Hay que preparar a nuestras hijas para un mundo en el que la aprobación femenina –no la masculina– será definitiva para alcanzar el éxito. Por eso es importante que crezcan con límites y con una guía clara del camino a seguir. No podemos estar en dos lugares a la vez, por eso hay que saber cuándo ser mamá y cuándo ejecutiva. Cualquiera que sea la decisión deberíamos respetarla, porque el camino que cada mujer escoge es único y subjetivo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia