El otoño SEGÚN CHANEL
LA PUESTA EN ESCENA ASOMBRÓ A LOS ASISTENTES. ESTA VEZ LAS MODELOS RECORRIERON UN ESCENARIO NATURAL QUE SE CONVIRTIÓ EN EL MARCO PERFECTO DE SU COLECCIÓN PARA FINALES DE 2018.
KARL LAGERFELD, director creativo de Chanel, siempre sorprende con los escenarios elegidos o creados para mostrar cada una de sus colecciones. Esta vez escogió uno natural, perfecto para enmarcar la presentación de su propuesta para otoño/invierno 2018: un bosque espléndido de altísimos árboles y un suelo cubierto de hojas secas.
Con una paleta en colores tierra, rojo, naranja, verde pino, musgo y café, que complementó al ya clásico binomio blanco y negro de la casa, el diseñador presentó prendas enriquecidas con detalles como botones hechos en piedras y decorados con hojas, collares con las típicas sartas de bolitas de perlas y de pasta en colores pastel, brazaletes con cadenas entrelazadas y aretes de cabouchon.
También se vio la nueva cartera 31, que Lagerfeld acompañó de botas de cuero encima de la rodilla, color óxido dorado, y de los clásicos guantes sin dedos, que son emblemáticos de la firma.
La silueta es alargada y entubada, con hombros cuadrados, cuellos altos y faldas largas. La clásica chaqueta viene en dos versiones: corta (encima de la cintura) o larga (a mitad de la pierna). Los pantalones tienen volúmenes exagerados y los abrigos barren el piso. La colección está pensada para un invierno muy frío, aunque se puede llevar en las noches de coctel.
En cuanto a los materiales, no podían faltar el tweed, las telas abullonadas y el cuero con encaje incrustado. El famoso ‘vestidito negro’ alcanza esta temporada un alto grado de refinamiento y, hasta cierto punto, de fragilidad por los materiales en que está hecho: organza, tul y encaje. Este juego de opuestos es la gracia que tiene la naturaleza: fuerte pero frágil, renaciendo constantemente con toda su pureza y esplendor. Así imaginó Lagerfeld la colección.